Ante las múltiples crisis que enfrenta el mundo, hay un solo camino a seguir

El mundo se enfrenta a una serie de desafíos: una pandemia global, una crisis climática y emergencias humanitarias cada vez más complejas que trascienden las fronteras. Estos problemas son agravados por los ataques contra la democracia y los derechos humanos—especialmente los de las mujeres y las niñas. El Gobierno de Bangladesh y la ONU están uniendo fuerzas para hacer frente a estas crisis.

COVID-19
Cuando la COVID-19 se detectó por primera vez en Bangladesh en marzo de 2020, muchos temían que el sistema sanitario del país no pudiera soportar los retos que planteaba la pandemia.
Desde el brote, el sistema de las Naciones Unidas en Bangladesh ha trabajado estrechamente con el Gobierno, los asociados para el desarrollo y los grupos de la sociedad civil para ayudar a mitigar los efectos más devastadores de la crisis sanitaria. Juntos, hemos creado centros de aislamiento y tratamiento en todo el país, incluidos los que sirven tanto a los refugiados rohingya como a las comunidades de acogida en el distrito de Cox's Bazar.
Juntos, hemos abordado la pandemia de forma multisectorial. Nuestros equipos de apoyo a la comunidad son un innovador proyecto conjunto que envía equipos de voluntarios a las comunidades marginadas y a las zonas remotas para ayudar a identificar los casos de COVID-19 y proporcionar apoyo de seguimiento a los pacientes y sus familias, promover el uso de mascarillas y apoyar el registro para la vacunación.
Estos esfuerzos han contribuido a mitigar el peor escenario derivado de la COVID-19—y todo ello teniendo solo un limitado acceso a las vacunas. En el marco del 76º período de sesiones de la Asamblea General, Bangladesh hizo un fuerte llamamiento en pro de la equidad de las vacunas.
La respuesta sanitaria ha ido acompañada de una mayor cooperación para hacer frente a algunos de los impactos socioeconómicos más adversos de la COVID-19. La pandemia ha tenido un impacto desproporcionado en las mujeres. Si no se toman medidas urgentes, el aumento de la desigualdad de género repercutirá negativamente en las trayectorias de recuperación y desarrollo de los países.
La crisis climática
Primero, abordemos las malas noticias sobre el clima. Y hay muchas malas noticias.
Si bien el panorama mundial es nefasto, el impacto en la región de Asia-Pacífico es particularmente alarmante. Asia-Pacífico experimenta un aumento más rápido del nivel del mar y se prevé que experimente olas de calor más intensas y lluvias más abundantes en las próximas décadas.
En el caso de Bangladesh, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC, en inglés) prevé aumentos en la frecuencia de ciclones de gran intensidad y en las mareas de tempestad que estos generan. Se pronostica que sólo el aumento del nivel del mar sumergirá el 17% del país en 2050, dejando a unos 20 millones de personas sin hogar. Otros millones de personas se verán desplazadas a la fuerza por fenómenos meteorológicos extremos o por los efectos lentos del cambio climático, como la intrusión de agua salada.
Sabemos que las mujeres y los niños y las niñas son las personas más afectadas por las catástrofes; y el impacto del cambio climático no es una excepción. Sin embargo, las cifras en la densamente poblada Bangladesh son asombrosas. El cambio climático amenaza la vida y el futuro de 19 millones de niños y niñas en Bangladesh.
Las Naciones Unidas en Bangladesh colaboran con el Gobierno del país en tres frentes al: garantizar los medios de vida y las necesidades básicas, responder a los desastres relacionados con el clima y movilizar la financiación relacionada con el clima.
Algunos aspectos destacados de nuestro trabajo: Estamos mejorando la resiliencia climática de las pequeñas granjas minifundistas, ayudándolas a producir cultivos diversos y de alto valor. Estamos probando la Acción Anticipada para movilizar mecanismos de financiación antes de que se produzcan graves inundaciones, lo que permite una mayor preparación y una mayor capacidad de adaptación de las personas afectadas y una respuesta humanitaria más rápida y mejorada. Y estamos trabajando con un amplio abanico de asociados para hacer frente al enorme déficit de financiación de los ODS, elaborando una estrategia de financiación actualizada y una reserva de proyectos que pueden financiarse en el ámbito de la acción climática y otros ODS.
Nuestro programa interinstitucional en Cox's Bazar está trabajando con nuestros asociados donantes para distribuir gas licuado de petróleo para sustituir el uso de leña y está promoviendo la energía solar y las fuentes de energía alternativas. Paralelamente, continúan los esfuerzos para restaurar el bosque y reverdecer los campos.
La experiencia de Bangladesh con el cambio climático es un testimonio de las conexiones entre el clima y prácticamente todos los demás retos a los que se enfrenta el mundo. De hecho, Bangladesh, como presidente del Foro de Vulnerabilidad Climática, ha abogado por la creación de un Relator Especial sobre Derechos Humanos y Cambio Climático. Desde los grandes emisores hasta los pequeños Estados insulares y los países altamente afectados como Bangladesh, un Relator Especial sobre Derechos Humanos y Cambio Climático, si se aprueba, tendrá mucho trabajo por delante.
La crisis de los rohinyás
A pesar de sus propios desafíos, Bangladesh ha desempeñado un papel fundamental en la solución de una tragedia definitoria de nuestro tiempo: la crisis de los rohinyás.
Recientemente hemos visto pasar el cuarto aniversario de la crisis de los rohinyás, que marca el éxodo masivo de rohingyas que huyen de la persecución desde su país de origen, Myanmar, hacia Bangladesh.
La solución más viable y duradera a la crisis de los rohinyás es la repatriación voluntaria de los refugiados en condiciones de seguridad, dignidad y sostenibilidad; la responsabilidad de esto recae en Myanmar.
Sin embargo, mientras los refugiados rohinyás estén en Bangladesh, tenemos que trabajar juntos para prepararlos para este eventual retorno. Esto significa garantizar que los refugiados estén capacitados y educados de manera que puedan reconstruir sus vidas y contribuir activamente a la sociedad cuando puedan regresar.
Desde marzo de 2020, la respuesta humanitaria a los rohinyás se ha centrado en la preparación y respuesta a la COVID-19. A medida que comienzan a levantarse las restricciones impuestas por la pandemia, los asociados humanitarios están trabajando para aumentar el apoyo de manera responsable, manteniendo a los refugiados como una prioridad en las operaciones de respuesta.
Mientras nuestro trabajo sobre el terreno continúa, nuestros colegas a nivel regional y global trabajan para fortalecer las vías diplomáticas para ayudar a restaurar la estabilidad en Myanmar, apoyar la rendición de cuentas y la justicia para los rohinyás y asegurarse de que la crisis rohinyás no se convierta en una crisis olvidada.
El camino a seguir
Los mayores retos a los que se enfrentan Bangladesh y el mundo en la actualidad trascienden las fronteras.
La COVID-19, el cambio climático y la crisis de los rohinyás no son retos unilaterales: son retos transfronterizos que requieren soluciones transfronterizas, voluntad y compromiso político mundial, alianzas sólidas y acción colectiva.
Son retos que el mundo debe afrontar conjuntamente, y debemos dar cabida a los jóvenes, a las mujeres, a los que no suelen ser escuchados o atendidos. Sólo entonces podremos avanzar de verdad juntos.
Los mayores retos a los que se enfrentan Bangladesh y el mundo en la actualidad trascienden las fronteras.
La COVID-19, el cambio climático y la crisis de los rohinyás no son retos unilaterales: son retos transfronterizos que requieren soluciones transfronterizas, voluntad y compromiso político mundial, alianzas sólidas y acción colectiva.
Se trata de retos que el mundo debe afrontar conjuntamente, y debemos dar cabida a los jóvenes, a las mujeres, es decir, a los que no suelen ser escuchados ni atendidos. Por eso el informe del Secretario General sobre "Nuestra Agenda Común" es más importante que nunca. Esta agenda de acción está diseñada para fortalecer y acelerar los acuerdos multilaterales—en particular la Agenda 2030— y marcar una diferencia tangible en la vida de las personas. Así es como realmente avanzamos juntos.
Escrito por Mia Seppo, Coordinadora Residente en Bangladesh, con el apoyo editorial de Paul VanDeCarr, de la Oficina de Coordinación del Desarrollo. Las entidades de la ONU en Bangladesh que participan en el trabajo descrito anteriormente son la FAO, la OIM, el FNUDC, el PNUD, el UNFPA, el ACNUR, UNICEF, ONU Mujeres y el PMA. Para saber más sobre Bangladesh, visite ONU en Bangladesh. Además, vea el vídeo del discurso de la Primera Ministra Sheikh Hasina ante la Asamblea General de la ONU el 24 de septiembre de 2021.
















