Comienza la cuenta atrás: Aprovechar el poder del espíritu olímpico

Ha llegado el momento de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing.
En estas emocionantes etapas finales, uno puede recordar la sensación eléctrica de hace apenas 14 años, cuando todos los ojos del mundo se volvieron hacia China para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de verano.
Recuerdo que los Juegos de 2008 marcaron un nuevo capítulo para la China moderna, y que el antiguo Presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, describió los juegos como “verdaderamente excepcionales”.
Como ha dicho el Secretario General de la ONU, António Guterres, que ha aceptado una invitación del COI para asistir a los Juegos de Invierno, “el espíritu olímpico saca lo mejor de la humanidad: El trabajo en equipo y la solidaridad. El talento. La tolerancia”.
Habiendo comenzado mi función como Coordinador Residente de las Naciones Unidas en China hace casi un año, es un privilegio dirigir a las Naciones Unidas en China en este nuevo año y en este momento propicio en el que los Juegos vuelven a Beijing.
Con un mundo que sigue luchando contra retos como la pandemia de la COVID-19 y la crisis climática, la compasión, la solidaridad y la amistad entre las naciones nunca han sido más importantes.
Ahora que los deportistas olímpicos y paralímpicos con un abanico de colores de piel y credos empiezan a reunirse en Beijing para los Juegos de Invierno, echemos un vistazo al legado de los Juegos en 2008 y ahora.
Deporte y desarrollo
Las Naciones Unidas ha reconocido desde hace tiempo la contribución del deporte al desarrollo y a la paz, y a la difusión de la aceptación del deporte para promover el entendimiento mutuo, la amistad, la no discriminación y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Los Juegos Paralímpicos de 2008 celebrados en Beijing son un excelente ejemplo de cómo los juegos pueden afectar a la sociedad, desencadenando la acción del Gobierno para mejorar la vida de las personas con discapacidad y proteger sus derechos como miembros equitativos de la sociedad.
Los Juegos de 2008 también sirvieron para que Beijing y China aceleraran las inversiones en transporte sostenible, sanidad pública y energías renovables, importantes legados que se dejan sentir hoy en día.
Como consecuencia parcial, en 2008, China tenía un PIB per cápita de unos 3.500 dólares, mientras que, en 2022, se prevé que esta cifra se acerque a la increíble suma de 13.000 dólares.
Durante estos Juegos, vimos una alianzas fundamentales entre las entidades de las Naciones Unidas en China, incluidos los Voluntarios de las Naciones Unidas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y las principales organizaciones de voluntarios chinas, lo que aumentó el impacto y elevó el espíritu del voluntariado en toda China, entre otras muchas cosas.
Para los Juegos de Invierno de Beijing, el sistema de las Naciones Unidas volverá a participar en un proyecto innovador para promover el desarrollo urbano sostenible a través del servicio voluntario.
La oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en China también ha prestado apoyo técnico y asesoramiento en el desarrollo de iniciativas políticas nacionales en apoyo de los preparativos en pro de unos Juegos verdes y sostenibles.
El regreso de los Juegos Paralímpicos es también un importante recordatorio de los retos a los que todavía se enfrentan diariamente las personas con discapacidad y debería servir de catalizador para las autoridades y las partes interesadas pertinentes, con la oficina de la UNESCO en Beijing trabajando activamente con todos los asociados locales y mundiales para dar prioridad a la accesibilidad y la inclusión, permitiendo a las personas con discapacidad desarrollar todo su potencial, para no dejar a nadie atrás.
En este contexto, la celebración de unos Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno en Beijing, que sean verdes, inclusivos, abiertos y limpios, tal y como subrayó el Presidente Xi Jinping, puede volver a ser un faro de esperanza, demostrando el valor de la unidad, la resiliencia y la cooperación internacional para superar la actual pandemia.
COVID-19 safety
El Comité Olímpico Internacional, el Comité Organizador de Beijing y el Gobierno de China dejan claro que los preparativos de los Juegos se están llevando a cabo de forma segura y ordenada, y me congratulo de que se hayan adoptado todas las medidas sanitarias pertinentes en respuesta a la pandemia de la COVID-19, ya que vemos el alarmante aumento de la variante omicrón en todo el mundo.
Al igual que la pandemia ha hecho que la salud sea una consideración central para los gobiernos y las personas de todo el mundo, los Juegos ponen de relieve la importancia de la condición física.
La cultura tradicional china ha considerado durante mucho tiempo la condición física como una característica esencial, como se ve en las artes marciales, y en las calles y parques públicos de China, vemos estos elementos hasta el día de hoy.
Como ávido practicante de yoga y como corredor frecuente, también puedo dar fe de las mejoras en la calidad del aire que disfrutan los habitantes de Beijing.
La prevención de las enfermedades no transmisibles y mantener el cuerpo y la mente en forma son sólo dos de las muchas razones que motivan mi interés por el deporte, en las que también hace hincapié la iniciativa China Saludable para 2030 (Healthy China 2030, en inglés).
En China se está produciendo un aumento de las enfermedades no transmisibles, como la obesidad, la diabetes y la hipertensión, y se prevé que casi el 10% de todos los adultos de China –unos 110 millones de personas – padecen actualmente diabetes, cifra que aumentará a 150 millones en 2040.
Aprovechar el poder del espíritu olímpico
Nelson Mandela dijo una vez, “el deporte puede crear esperanza donde antes sólo había desesperación. Es más poderoso que los gobiernos para romper las barreras raciales. Se ríe en la cara de todo tipo de discriminación”.
Con esta aspiración, el sistema de las Naciones Unidas en China apoya plenamente los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de Beijing, y desempeñará su papel para garantizar el éxito de los mismos.
Hagamos caso al llamamiento del Secretario General de la ONU, António Guterres, en su mensaje de año nuevo, donde dijo: “Los momentos de grandes dificultades ofrecen también grandes oportunidades: a unirnos en solidaridad”.
Al entrar en 2022, aprovechemos el espíritu olímpico para lograr grandes cosas para las personas y nuestro planeta.
Escrito por Siddharth Chatterjee, Coordinador Residente de la ONU en China. El blog es una adaptación del artículo original publicado en inglés en CGTN.
















