Demos gracias por lo que el largo invierno de la pandemia reveló en nosotros
En el arte chino, el pino, el bambú y el ciruelo simbolizan la fortaleza, la modestia y la resistencia, rasgos que nos ayudan a superar los días oscuros. Estos rasgos nos han ayudado a atravesar la pandemia mientras emergimos hacia una primavera esperanzadora.
En toda China, la gente está celebrando la llegada de la primavera. Yo también estoy entusiasmado con las flores que podría ver o los olores que podría saborear esta primavera, la cual es mi primera como coordinador residente de la ONU. A medida que pasen los días, las temperaturas subirán, los lagos helados se derretirán y los agricultores se pondrán a trabajar en sus arrozales. Las ciudades, pueblos y aldeas serán bañados por la lluvia o envueltos en suaves nieblas.
Veremos y oleremos peras y duraznos, azaleas en flor y cerezos en flor que alfombran la tierra. En Beijing, me dijeron que podemos esperar flores de albaricoque, lilas y peonías.
Hay mucho que celebrar. El mundo entero, ahora nosotros podemos esperar, está viendo los primeros signos de primavera, emergiendo del largo invierno de la pandemia. A medida que proliferan las vacunas y las personas regresan al trabajo y a la escuela, tenemos mucho que agradecer, incluso mientras estamos de luto por nuestras cuantiosas pérdidas.
Pero antes de que entremos por completo en la primavera, demos gracias por el invierno. No gracias por la pandemia, que ha sido tan catastrófica, sino gracias por lo que provocó en nosotros. Muchos de ustedes ya sabrán algo que yo aprendí recientemente. Esto hace referencia a lo que son los "tres amigos del invierno", un motivo recurrente en gran parte del arte y la poesía chinos. Para aquellos que no lo sepan, estos tres amigos son el pino, el bambú y la flor de ciruelo. Son símbolos de fortaleza, modestia y resistencia, rasgos que nos ayudan a atravesar los fríos y oscuros días de invierno. Y nos han ayudado a superar la pandemia.
Yo siento un parentesco con los tres amigos del invierno. En las Naciones Unidas, a menudo hablamos de resiliencia, equidad y sostenibilidad. Son las marcas de un mundo pacífico y próspero por el que la ONU está trabajando hoy en día para todos nosotros y para innumerables generaciones por venir.
En lo que respecta a “resiliencia”, vemos sociedades que se han fortalecido lo suficiente para resistir los impactos que puedan surgir, ya sea violencia, desastres o enfermedades. Por “sostenibilidad” nos referimos a un mundo en equilibrio, en el que disfrutamos de los frutos de la tierra pero no nos hartamos de ellos; sino que los cultivamos para las generaciones futuras. Por “equidad”, nos referimos a centrarnos en la igualdad y dignidad básicas de todos los seres humanos, sin importar su nacimiento o su posición.
“Resiliencia”, “sostenibilidad” y “equidad” son términos técnicos, como es costumbre usar en la ONU. Yo creo que los mismos encuentran expresión poética en la imagen de flores de pino, de bambú y de ciruelo.
El pino es siempre verde y demuestra la virtud de la resistencia, trabajando día tras día por las glorias primaverales que deseamos en nuestras familias o en el mundo. El bambú es un material fuerte, ya sea para refugios o para instrumentos musicales, y tiene una belleza sencilla. Las flores del ciruelo han estado esperando en silencio durante todo el invierno, y se encuentran entre las primeras flores que florecen en primavera, mostrando sus ricos y vivos tonos de rosa, con toques de blanco y amarillo. Me gusta pensar que los tres son modestos; no se lucen, no necesitan hacerlo.
La primavera no ocurriría sin el invierno. Los campos deben estar en barbecho. La tierra necesita su descanso.
Están las estaciones que recorremos cada año. Y luego están las estaciones más grandes y los círculos más amplios. Hay una primavera que las naciones del mundo se han comprometido a alcanzar para el año 2030. Esa primavera se llama los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los regalos de esa primavera son: hambre cero, educación y salud para todos, igualdad de género, un planeta habitable y más.
China ha sido un líder mundial en este esfuerzo y trabaja incansablemente todos los días para poner fin a la pobreza, promover el desarrollo humano y la prosperidad. Estoy agradecido de estar aquí en China, con un brillante equipo de las Naciones Unidas en el país, para este importante trabajo con China, asegurándome de que nadie se quede atrás.
Juntos, necesitaremos resistencia, modestia y fortaleza. Unámonos todos a los tres amigos del invierno y marchemos hacia la primavera de la paz, del progreso y de la prosperidad duraderos.
El blog se publicó originalmente en South China Morning Post. Siddharth Chatterjee es el Coordinador Residente de las Naciones Unidas en China.