Flores para Fátima

Fatima* es una niña romaní de 15 años de las afueras de Podgorica, Montenegro, que se vio obligada a contraer matrimonio precozmente. Ella no está sola. Aunque la tasa de matrimonio infantil en el país es baja – alrededor del 1% de la población total –, este porcentaje es significativo dentro de las comunidades romaní y egipcia de Montenegro. Según datos de 2013, casi una de cada tres niñas de 15 a 19 años de estas comunidades está casada.
El profundo impacto del matrimonio infantil
Cuando una niña se ve obligada a contraer matrimonio infantil, se enfrenta a consecuencias inmediatas y de por vida. Las posibilidades de que termine la escuela disminuyen considerablemente y la probabilidad de que experimente violencia doméstica aumenta. Es más probable que quede embarazada en la adolescencia y se arriesgue a morir por complicaciones al principio del embarazo y el parto. Complicaciones que no suelen experimentar las mujeres cuando están entre sus 20 y 30 años.
La devastadora práctica del matrimonio infantil no tiene una causa única, sino que resulta de la interacción compleja y dinámica de factores vinculados. Factores como el ciclo de la pobreza, la falta de oportunidades u opciones alternativas, la educación deficiente, las normas y expectativas sociales y culturales en torno a las niñas, y la discriminación, profundamente arraigada.
La educación como clave para el empoderamiento
La educación es la herramienta más poderosa para ayudar a las niñas a salir de la pobreza. Según las estadísticas mundiales, las niñas con educación secundaria o superior tienen tres veces menos probabilidades de casarse a los 18 años que las que tienen poca o ninguna educación.
Pero tener éxito y permanecer en la escuela es mucho más difícil para Fatima que para sus compañeros y compañeras no romaníes. Procedente de una comunidad socialmente aislada, se enfrenta a una serie de obstáculos que dificultan su éxito. Estos incluyen la barrera del idioma, las malas condiciones socioeconómicas de su familia y, a menudo, la exclusión social, el estigma y la discriminación por parte de sus compañeros y profesores. Sus oportunidades de empleo más allá de la escuela también son limitadas.
Dado que el impacto nocivo de los matrimonios infantiles es más ampliamente conocido, muchos países han establecido una edad mínima legal para contraer matrimonio. Pero incluso donde existen leyes, la práctica persiste. A menudo son las actitudes casuales las que alimentan la práctica. La actitud de que el matrimonio infantil es una práctica tradicional, y no una violación de los derechos de los niños y niñas, contribuye a su perpetuación. Estas opiniones deben terminar.
Existen soluciones
No hay una solución directa que pueda cambiar las prácticas del matrimonio precoz. En cambio, se requiere un enfoque integral e interconectado. Un enfoque que requiere voluntad política y una visión a largo plazo.
¿Qué significa esto? Por ejemplo, un enfoque que establezca la obligatoriedad del registro del matrimonio para todos y aumente la edad mínima para contraer matrimonio a 18 años podría funcionar. Pero sería fundamental trabajar en estrecha colaboración con las comunidades romaní y egipcia en Montenegro para desarrollar nuevas leyes. Se necesitan intervenciones paralelas que ofrezcan apoyo económico e incentivos para las niñas y sus familias. Intervenciones que mejoren el acceso a la educación formal de calidad para niñas y niños; preste especial atención a estudiantes con bajo rendimiento académico y ponga en marcha medidas especiales para prevenir eficazmente la deserción escolar. Además, estamos obligados a investigar y sancionar diligentemente los casos de matrimonio infantil, ya que ninguno de los 50 casos denunciados de matrimonio forzado condujo a una acusación.
En general, es fundamental ofrecer oportunidades que satisfagan las aspiraciones de los niños y niñas romaníes y egipcios, y crear alternativas reales al matrimonio infantil.
No dejar a nadie atrás
No obstante, hay buenas noticias.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible – una visión de un mundo mejor en el que nadie se quede atrás, ofrece una dirección. Este audaz plan de desarrollo adoptado en 2015 por 193 países miembros de la ONUo – incluido Montenegroo – define 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Poner fin al matrimonio infantil, precoz y forzado es el núcleo del Objetivo 5 – Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. Esto hace que el matrimonio precoz sea una cuestión de prioridad nacional e internacional, incluso para Montenegro.
Según un informe de UNICEF, la práctica del matrimonio infantil ha seguido disminuyendo en todo el mundo. Durante la última década, la proporción de mujeres jóvenes que se casaron cuando eran niñas disminuyó en un 15%— pasando de de 1 de cada 4 (25%) a, aproximadamente, 1 de cada 5 (21%). Aún así, aproximadamente 650 millones de niñas y mujeres vivas hoy se casaron antes de cumplir los 18 años. Si bien se celebrará la reducción mundial del matrimonio infantil, ninguna región está en camino de cumplir la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible de eliminar esta nociva práctica para 2030.
Fátima, y otras chicas como ella, no necesitan flores hoy. Ellas necesitan una sociedad que prohíba el matrimonio infantil, invierta en educación y empodere a los jóvenes. Como dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres: “Una niña que se casa de niña es aquella cuyo potencial no se desarrollará. Este es un tema que debemos abordar en todo el mundo”.
*El nombre real se cambia con el propósito de proteger la privacidad de la persona.
El equipo de las Naciones Unidas en Montenegro trabaja para proteger y empoderar a las niñas a través de una serie de intervenciones, incluidos los programas de UNICEF sobre inclusión en la educación desde el nivel preescolar, educación de calidad, prevención del abandono, desarrollo de habilidades socioemocionales y protección de las niñas y chicas de la violencia, incluidos los matrimonios infantiles. A su vez, el equipo de las Naciones Unidas en el país trabaja en las intervenciones del ACNUR en el apoyo a las familias de refugiados y solicitantes de asilo, incluidas las niñas de esas familias; y en apoyo de la OIM para combatir la trata de personas, incluidas las niñas víctimas de matrimonios forzados, el programa del PNUD sobre igualdad de género y empoderamiento de la mujer, así como el trabajo conjunto continuo de las Naciones Unidas para poner fin a la violencia contra niñas y mujeres.
Para obtener más información sobre cómo poner fin a toda forma de violencia contra las mujeres y las niñas – incluido el matrimonio infantil – visite la herramienta interactiva de la iniciativa Spotlight destinada a educar a grandes y chicos sobre estos temas: https://herstoryourstory.net/en/
La Iniciativa Spotlight es una asociación mundial plurianual entre la Unión Europea y las Naciones Unidas para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.
















