La huella más pequeña, la problemática más grande: La respuesta a la presión para medir la vulnerabilidad de los pequeños Estados insulares en desarrollo

El mundo está en problemas. No hay más que ver el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que el Secretario General de la ONU, António Guterres, calificó de “código rojo para la humanidad”.
El informe del IPCC es sólo una de las advertencias más recientes. En 1972, un libro histórico llamado 'Los límites del crecimiento' (Limits to Growth, en inglés) dio la voz de alarma. Decía que el crecimiento de la población y el despilfarro del consumo más allá de los límites del planeta conducirían a un declive irreversible del bienestar humano y, en última instancia, al colapso del sistema mundial en el siglo XXI. El libro predecía que el punto de no retorno sería el año 2050. Otras investigaciones han dicho que ese punto podría llegar tan pronto como en 2030, o tal vez más tarde de lo previsto originalmente, pero aún dentro de este siglo.
Sea como sea, la necesidad de cambio es urgente. La cantidad de pérdidas y daños que sufre el mundo está en función de sus vulnerabilidades.
Pequeños Estados Insulares en Desarrollo—pasos para evaluar la vulnerabilidad

Si el futuro del mundo es incierto, el de los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) lo es aún más. Más de 72 millones de personas que viven en 58 PEID y territorios están expuestos a riesgos agravados con soluciones limitadas, bajo circunstancias que se deterioran incesantemente.
A pesar de ser responsables de solo el 0,2% de las emisiones mundiales de carbono (2016), los PEID son los que más sufren el impacto del cambio climático. Con la menor producción manufacturera del mundo (menos del 9% del PIB), su huella de carbono es menor.
Desde hace años, los PEID han presionado para crear un índice que mida su vulnerabilidad y, por tanto, sirva de argumento para apoyar su desarrollo sostenible.
En la Cumbre para la Tierra, celebrada en 1992, los PEID fueron reconocidos por primera vez como un grupo distinto de países en desarrollo que se enfrentan a vulnerabilidades sociales, económicas y medioambientales particulares. Dos años más tarde, en la primera conferencia mundial sobre el desarrollo sostenible de los PEID, los Estados participantes pidieron un índice para medir sus vulnerabilidades. El llamamiento se renovó en importantes declaraciones en las cumbres de los PEID de 2014 y 2019. Y en diciembre de 2020, la Resolución 75/215 de la Asamblea General pidió al Secretario General de las Naciones Unidas que informara en la 76ª Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el desarrollo y el uso de un índice de vulnerabilidad multidimensional (Multidimensional Vulnerability Index, MVI, en inglés) para que los PEID puedan acceder a la financiación en condiciones favorables.
Un índice, finalmente—para medir la vulnerabilidad multidimensional de los PEID
La petición de un índice sofisticado ha sido atendida ahora.
Los coordinadores residentes de las Naciones Unidas en los PEID del Pacífico, el Caribe y los océanos Atlántico e Índico y el Mar de China Meridional se unieron y se asociaron con el profesor Jeffrey Sachs y la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible
con la finalidad de elaborar el índice de vulnerabilidad multidimensional para los pequeños Estados insulares en desarrollo. En julio de 2021, publicaron un estudio titulado “La Década de Acción y los pequeños Estados insulares en desarrollo: medir y abordar las vulnerabilidades de los PEID para acelerar el progreso de los ODS”.
El índice de vulnerabilidad multidimensional mide las vulnerabilidades económicas, de desarrollo estructural y medioambientales a través de 18 indicadores en tres categorías diferentes.
- Vulnerabilidades económicas: Siete indicadores que miden la exposición a choques exógenos imprevistos derivados de la apertura económica, así como la dependencia de una estrecha gama de exportaciones e importaciones estratégicas como los alimentos y el combustible. La exposición de un país a las caídas de recursos económicos procedentes del exterior se mide a través de la dependencia de las remesas, los ingresos por turismo y la asistencia oficial para el desarrollo (AOD).
- Desarrollo estructural: Las limitaciones incluyen cinco aproximaciones a la vulnerabilidad geofísica, a saber: el tamaño de la población como medida del tamaño físico de un país, el porcentaje de tierra cultivable, el total de recursos internos de agua dulce renovable per cápita, la conectividad marítima y los costes de transporte. Cuanto más alejado esté un país y menos conectado esté a las redes mundiales de transporte marítimo, mayores serán los costes de transporte y comercio.
- Vulnerabilidad medioambiental: Seis factores que definen la vulnerabilidad a los riesgos naturales y al cambio climático. Se consideran tanto la frecuencia como la gravedad de las catástrofes. Se distingue entre catástrofes hidrometeorológicas (sequías, inundaciones, tormentas y temperaturas extremas) y catástrofes sísmicas (terremotos y actividad volcánica). Como indicador de la vulnerabilidad a la subida del nivel del mar, se incluye el porcentaje de zonas terrestres cuya elevación es inferior a 5 metros.
La selección de variables permite hacer comparaciones entre 195 países y territorios. Los resultados muestran que, sin duda, los PEID son las naciones más vulnerables en nuestra época.
Considere los números. Cuanto más alta es la “puntuación” o el número en el MVI, más vulnerable es el país. La puntuación global del MVI es de 22,1. Las puntuaciones de los PEID son entre un 50% y un 70% más altas: 37,6 para los PEID del Pacífico, 34,80 para los PEID del Océano Atlántico, el Océano Índico y el Mar del Sur de China y 33,72 para los PEID del Caribe.
No es de extrañar que cuanto más alta sea la puntuación del MVI, más lento sea el progreso de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Los límites del crecimiento de los PEID son mucho más estrictos que los del resto del mundo.
No es de extrañar que cuanto más alta sea la puntuación del MVI, más lento sea el progreso en lo relativo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Los obstáculos para el crecimiento de los PEID son mucho más ajustados que los del resto del mundo.
Cómo poner en práctica el MVI
El desarrollo del MVI no es un fin en sí mismo. El MVI también puede utilizarse, entre otras cosas, para acceder a la financiación en condiciones favorables, mejorar la planificación nacional, el servicio de la deuda, el acceso a los instrumentos de financiación y los planes de seguro y compensación. La utilización del MVI en la reestructuración de la deuda, incluida la suspensión del servicio de la deuda, el alivio de la deuda y los canjes de deuda, podría mejorar significativamente la capacidad fiscal y la solvencia crediticia de los PEID.
Además, el MVI podría ayudar a mejorar el uso de la AOD. Mientras que los PEID siguen recibiendo niveles más altos de ayuda al desarrollo per cápita, el coste de la entrega oe ejecución es casi cinco veces mayor que en cualquier otro lugar, según un informe de la OCDE de 2018. Y un informe de marzo de 2021 del Fondo Monetario Internacional concluye que, dado el alto coste de la construcción de infraestructuras sostenibles en estos países, los PEID no pueden financiar los ODS por sí solos.
La lentitud con la que los PEID han avanzado hasta la fecha en los ODS, tal y como muestra el Índice de los ODS, es un indicio de que las pérdidas vinculadas a las vulnerabilidades superan los avances en materia de desarrollo.
Para crear un consenso en torno al acceso a la coordinación para el desarrollo basado en el MVI para los PEID, el Secretario General de las Naciones Unidas, en su informe a la 76ª Asamblea General de las Naciones Unidas, recomienda la creación de un grupo de expertos de alto nivel que se encargue de finalizar el MVI para 2022.
Con estos y otros pasos, el índice de vulnerabilidad multidimensional ayudará a la población de los pequeños Estados insulares en desarrollo a no quedarse atrás.
Escrito por Simona Marinescu, Ph.D., Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Samoa, Islas Cook, Niue y Tokelau. Apoyo editorial de Paul VanDeCarr, Oficina de Coordinación del Desarrollo. Para saber más sobre el trabajo que se está llevando a cabo en la región, visite: https://samoa.un.org/.
Para saber más sobre el sistema de coordinadores residentes revitalizado de la ONU, consulte la sección dedicada al liderazgo en el último informe de la presidenta del GNUDS sobre la OCD.