Los haitianos y Haití están en el centro de la acción de las Naciones Unidas
Me gustaría expresar mi profundo agradecimiento a todos los que han estado en primera línea para responder a la crisis actual en Haití desde los primeros instantes; en primer lugar, (agradezco) a las comunidades y organizaciones locales, a las autoridades locales, a los servicios estatales, descentralizados y del gobierno central, así como a los colegas de la ONU, a las ONG, al sector privado y a todos los que se han movilizado, tanto a nivel nacional como internacional, y que han participado y contribuido a los esfuerzos de ayuda hasta ahora. Les agradezco que hayan respondido tan rápida y generosamente a esta crisis.
Hoy estamos aquí reunidos para mostrar nuestro apoyo y solidaridad con el pueblo haitiano y con la población de los tres departamentos más afectados por el terremoto.
Quisiera destacar el notable liderazgo del Gobierno en la respuesta a esta crisis, señor Primer Ministro, y en particular el del Departamento de Protección Civil y los ministerios e instituciones implicados. A pesar de los múltiples retos a los que se enfrentan el país y su gobierno, las autoridades nacionales y locales han estado a la cabeza de la respuesta.
Continuaremos y acentuaremos esta estrecha relación de trabajo. Al poner en práctica este llamamiento humanitario de emergencia, pero también durante las fases posteriores de recuperación y reconstrucción, y teniendo en cuenta las numerosas lecciones aprendidas en catástrofes y respuestas anteriores, incluido el terremoto de 2010; será fundamental para todos nosotros:
- apoyar el liderazgo nacional;
- trabajar en el marco de acuerdos de coordinación eficaces, a nivel nacional, departamental y local; me gustaría aprovechar esta oportunidad para destacar una vez más la excelente labor de coordinación de la Dirección General de Protección Civil (DGPC);
- apoyar a las instituciones, estructuras y sistemas nacionales y locales;
- apoyarse en las capacidades, la experiencia y los conocimientos de Haití para garantizar una respuesta contextualizada. Ayer estuve en Maniche. Son muchos los que dicen que la ayuda está llegando: CASEC (Consejo de Administración de la Sección Comunal), ASEC (Asamblea de la Sección Comunal), etc.; así como,
- apoyar la producción local y la economía haitiana como parte de la respuesta y la reconstrucción; y
- tener en cuenta una serie de dimensiones clave en la respuesta a esta crisis, como el papel esencial de las mujeres y de las organizaciones de mujeres, la atención a las personas más vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, y las necesidades de protección.
Esto me lleva al vínculo entre los actores humanitarios y de desarrollo en Haití, que a menudo son los mismos. Usted conoce el carácter cíclico de los choques climáticos en Haití. Tenemos que aprovechar las lecciones de las crisis anteriores y vincular la respuesta de emergencia a corto plazo con los enfoques a largo plazo. Debemos tenerlo en cuenta en todos los ámbitos de nuestra programación, para evitar una desconexión entre las acciones de emergencia y las de recuperación; por ejemplo, en el ámbito de los refugios de transición y la reconstrucción de viviendas. A este respecto, me gustaría elogiar al Gobierno, y en particular al Ministerio de Planificación y Cooperación Exterior (Ministère de la Planification et de la Coopération Externe, MPCE, en francés) y a los asociados, por la rapidez con la que se ha puesto en marcha el proceso de evaluación de las necesidades de recuperación y reconstrucción, a través del proceso de evaluación de las necesidades después de desastres (Post Disaster Needs Assessment, PDNA, en inglés). Esto debería permitir la vinculación efectiva de las fases de emergencia y recuperación.
También me gustaría aprovechar esta ocasión para recordar que las catástrofes no son imposibles de evitar. Las catástrofes que llamamos naturales no lo son en absoluto. Un peligro natural sólo se convierte en una catástrofe cuando no se aplican las medidas para reducir su impacto, es decir, el cumplimiento de los códigos de construcción, la planificación urbana, las infraestructuras resistentes, las políticas públicas adecuadas, etc. No debemos resignarnos a que no vamos a ser capaces de afrontarlo. No debemos resignarnos a que los riesgos naturales se conviertan en catástrofes naturales: no es inevitable. Este terremoto es un fuerte recordatorio de que Haití necesita un compromiso aún más fuerte y proactivo, incluso a nivel de liderazgo nacional y a largo plazo, para incluir la gestión de riesgos y desastres y los temas de adaptación al cambio climático en las prioridades nacionales.
Para que la acción humanitaria pueda responder a las necesidades de emergencia, se requiere una financiación urgente, de ahí que hoy se haya lanzado este llamamiento de emergencia. Sin financiación, los asociados humanitarios no podrán mantener las intervenciones esenciales para salvar vidas y para la recuperación en las próximas semanas y meses, incluyendo la ayuda alimentaria, el apoyo a la construcción de refugios, la prestación de una atención sanitaria eficaz, el apoyo a la educación de vuelta a la escuela, el apoyo a los medios de subsistencia y la recuperación económica, incluso en la agricultura, para garantizar que los agricultores no pierdan una temporada agrícola o se vean obligados a descapitalizarse más.
A pesar de la multiplicidad de crisis en el mundo y de la pandemia de COVID-19, que presionan a los países donantes, sigue siendo esencial apoyar a Haití en la respuesta a esta crisis, que ha golpeado tan duramente al país. Agradecemos a los asociados técnicos y financieros su apoyo y generosidad.