Planeación para el desarrollo, de forma inclusiva: Lecciones de los refugiados y solicitantes de asilo en Zimbabwe
El equipo de las Naciones Unidas en el país (UNCT) en Zimbabwe ha finalizado su Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, el cual es el documento que guía el modo en que las Naciones Unidas trabajarán con el Gobierno y los asociados para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Las Naciones Unidas se encuentran en una época de reformas y los equipos de país en todo el mundo están creando estrategias orientadas al futuro para que la ONU pueda trabajar de la manera más eficaz para ayudar a que todas las personas prosperen.
Pero, a decir verdad, algunos de los pasos necesarios para crear el Marco de Cooperación parecían poco más que una mera formalidad. Hasta que no terminamos el ejercicio completo del Marco de Cooperación no quedó claro el valor del proceso.
Esto es lo que aprendimos en Zimbabwe.
Las orientaciones del Marco de Cooperación de 2019 afirman que es un vehículo para poner en práctica la noción de ‘No dejar a nadie atrás’. El equipo de las Naciones Unidas en el país interpretó que debíamos consultar con todas las partes interesadas. Así que, al más puro estilo de las Naciones Unidas, redactamos un proyecto de documento para orientar estas consultas. Entre los grupos destinatarios de estas consultas se encontraban los sospechosos habituales: Gobierno, asociados para el desarrollo y donantes, partidos políticos y OSC.
Sin embargo, fue al hablar con los grupos que identificamos como en riesgo de ser dejados atrás, o tradicionalmente dejados atrás, donde obtuvimos los mayores conocimientos sobre cómo podemos trabajar de manera diferente para contribuir a un cambio transformador en sus vidas.
La era de la COVID-19 ha alterado nuestra forma de interactuar, ya que la mayoría de las consultas se realizan de forma virtual mientras el país sale de las fauces de una grave tercera ola de la pandemia. Por ello, nos vimos obligados a aplicar la estrategia de consulta y divulgación a través de Zoomland. Este enfoque funcionó relativamente bien (la mayor parte del tiempo) con las personas bien conectadas: Altos funcionarios y tecnócratas del Gobierno, jefes de la coordinación para el desarrollo, la dirección política y profesores universitarios.
Aunque no sin sortear dificultades, también logramos consultar virtualmente a defensores de la igualdad de género, personas con discapacidad, líderes sindicales, alcaldes y autoridades de gobiernos locales, líderes juveniles, locutores y periodistas, personas de las industrias culturales y creativas, personas que viven con el VIH, poblaciones clave y migrantes en la diáspora.
Sin embargo, en lo que respecta a los refugiados y solicitantes de asilo, nos dimos cuenta de que una consulta virtual no sería suficiente. Sólo queda un campo de refugiados en Zimbabwe. Sin embargo, los esfuerzos por mejorar el acceso a Internet en el campo de Tongogara, donde se encuentra la gran mayoría de los refugiados y solicitantes de asilo, estaban en un estado avanzado, pero incompleto. Así que, al no tener otra opción en nuestra búsqueda de la inclusión, los colegas de la Oficina del Coordinador Residente y del ACNUR abordaron un autobús un domingo por la mañana (respetando estrictamente los protocolos de viaje de la COVID-19) y se dirigieron al sureste, conduciendo unos 400 kilómetros hasta el campo de refugiados de Tongogara.
En todo caso, fue un viaje agradable hacia lo que puede ser la parte más hermosa del país.
En muchos sentidos, las 72 horas de consultas con los refugiados sobre los cuatro pilares del Marco de Cooperación y el hecho de escuchar de sus propias bocas cómo la ONU puede marcar la diferencia en sus vidas, arrojaron algunas valiosas lecciones.
La primera es que los grupos vulnerables y marginados no son homogéneos y se enfrentan a realidades y retos diferentes. Por ello, es fundamental que la planificación del desarrollo tenga en cuenta las necesidades de cada subgrupo.
En segundo lugar, las personas quieren ser escuchadas y también están deseosas de contribuir a las soluciones de sus retos. No deben ser tratadas como observadores pasivos. La inclusión a veces requiere que la ONU vaya más allá y se encuentre con las personas donde sea que ellas estén.
En tercer lugar, aunque el acceso a los servicios básicos es importante, garantizar un acceso equitativo e inclusivo y unos servicios consistentes y de alta calidad genera un mayor impacto.
En cuarto lugar, es urgente reforzar el nexo entre la ayuda humanitaria, el desarrollo y la paz, cerrando la brecha entre la asistencia a corto plazo y las inversiones a largo plazo en el desarrollo sostenible y las soluciones duraderas, incluso para las poblaciones consideradas vulnerables y marginadas, de modo que también puedan vivir una vida digna y autosuficiente. Por ello, el equipo de las Naciones Unidas en el país ha situado el fomento de la resiliencia, la ‘construcción de un futuro mejor’, y el pasar de la asistencia humanitaria al desarrollo a largo plazo en el centro del Marco de Cooperación 2022-2026.
Por último, una lección de la pandemia de la COVID-19: las Naciones Unidas, a pesar de sus limitaciones burocráticas, son capaces de hacer frente a los retos del momento y de cumplir su mandato, incluso durante una pandemia. Fue surrealista y aleccionador el consultar de manera significativa a más de 940 personas (entre ellas casi 150 refugiados y solicitantes de asilo) durante unos meses en un país donde la penetración de Internet es sólo del 33,4%.
Provistos de estos valiosos conocimientos, nos sentimos motivados para finalizar el Marco de Cooperación que refleja las esperanzas y aspiraciones de todo el pueblo de Zimbabwe. Al final, la adopción de los temas centrales de inclusión y de no dejar a nadie atrás en nuestras consultas para el Marco de Cooperación resultó indispensable.
Manténgase atento a la publicación del Marco de Cooperación de Zimbabwe en octubre de 2021.
Escrito por Mickelle Hughes, Oficial de Asociaciones y Financiación del Desarrollo de la ONU en Zimbabwe. Apoyo editorial de Paul VanDeCarr, Oficina de Coordinación del Desarrollo. Para saber más sobre el trabajo que se realiza en el país, visite: https://zimbabwe.un.org/.
Para saber más sobre los resultados de nuestro trabajo en este ámbito y en otros, lea el informe de la presidenta del GNUDS sobre la Oficina de Coordinación del Desarrollo.