Seis meses después: Apoyando los esfuerzos de recuperación en Haití

Su Excelencia Primer Ministro Ariel Henry,
Distinguidos miembros del Gabinete,
Distinguidos miembros de la comunidad internacional,
Excelencias,
colegas de la ONU
y queridos amigos de Haití,
Quisiera empezar agradeciendo al Gobierno de Haití la convocatoria de esta conferencia, y agradecer a todos nuestros asociados su compromiso de apoyo al pueblo de Haití.
Hace seis meses, vine a Haití con el Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Achim Steiner, para transmitir nuestra solidaridad en el momento posterior inmediato tras el trágico terremoto que asoló el Sur de la Península.
Fui testigo del sufrimiento humano y de la destrucción causada por la catástrofe, en un momento en que Haití ya se enfrentaba a múltiples crisis.
Crisis que conspiraron para frenar el desarrollo de Haití y erosionar el progreso.
Hoy, estoy de vuelta en Haití con un renovado sentido de optimismo y esperanza, mientras nos reunimos en alianzas para superar estos contratiempos y avanzar con determinación en el camino del desarrollo sostenible.
Han ocurrido muchas cosas en los últimos seis meses.
Con un fuerte liderazgo gubernamental, y en alianzas con las comunidades y las partes interesadas internacionales, se ha proporcionado ayuda de emergencia a 600.000 personas necesitadas.
A medida que se desarrollaba la respuesta, el Gobierno haitiano dio importantes pasos hacia la recuperación y la reconstrucción.
Reunió a los actores nacionales y a los socios internacionales - incluidas las Naciones Unidas - para trabajar con un objetivo común: garantizar que Haití se recupere mejor de la crisis, y volver a ponerse en marcha para aplicar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
El Plan Integrado de Recuperación del Sur de la Península ofrece un camino muy claro.
Se basa en las lecciones aprendidas de las respuestas al devastador terremoto de 2010 y al huracán Matthew en 2016.
Ancla nuestra firme acción y nuestro liderazgo nacional, y reafirma la preeminencia de los actores locales y nacionales.
El Plan de Recuperación es una oportunidad para cambiar el enfoque hacia la prevención, la reducción de riesgos y la resiliencia ante futuros choques.
Las cuatro prioridades del plan - fortalecimiento institucional y gobernanza inclusiva; recuperación económica; infraestructuras resilientes y mejora de los medios de vida; e inclusión y protección social - ofrecen un enfoque coherente e integrado de la reconstrucción.
Se centra en las causas estructurales, más que en los síntomas de los desastres.
Considera esta crisis como una oportunidad para invertir en la economía y las comunidades locales. Como una oportunidad para invertir en las capacidades nacionales, tanto en el sector público como en el privado.
Reconoce que las comunidades afectadas deben estar al frente de las decisiones que afectan a sus vidas, pero también a sus medios de subsistencia. Dentro de esas comunidades, las mujeres y las niñas deben ser agentes de su propia recuperación.
En su ambición, nos recuerda que la respuesta al terremoto de 2021 puede y debe hacer avanzar a Haití hacia el desarrollo de una agenda mucho más sólida, eficaz y dirigida a nivel nacional.
He escuchado muchas veces durante mis visitas a Haití que los haitianos están cansados de las oportunidades perdidas y las promesas fallidas.
Esta vez, debemos acertar.
Excelencias,
Somos conscientes de que los presupuestos de ayuda están bajo presión en todo el mundo.
También sabemos que hay cansancio por parte de los donantes.
Y hemos escuchado, alto y claro, las preocupaciones sobre los resultados de la ayuda en Haití.
Pero no es el momento de rendirse.
En primer lugar, porque el pueblo de Haití nunca se rinde. Una y otra vez, lloran sus pérdidas, y luego se reponen y recomponen sus vidas.
En segundo lugar, porque Haití se encuentra de nuevo en una encrucijada. Hay que proteger años de inversión en estabilidad y desarrollo. Y las instituciones nacionales están preparadas para dirigir [la reconstrucción].
Pero ellos necesitan nuestra solidaridad. Y nosotros necesitamos que Haití tenga éxito.
Tenemos una oportunidad inmediata de salir del ciclo de crisis que ha limitado el desarrollo de Haití durante tanto tiempo.
El terremoto de 2010 demostró que cuando los esfuerzos de recuperación están bien diseñados, son transparentes y responsables, y están alineados con las prioridades nacionales, ofrecen resultados tangibles en las vidas y los medios de subsistencia de los haitianos.
Desde los impresionantes esfuerzos de gestión de los escombros, hasta los esfuerzos pioneros para reubicar a millones de personas desplazadas, pasando por los esfuerzos para detener la transmisión del cólera, hay muchos ejemplos inspiradores de lo que los haitianos han sido capaces de lograr.
Trabajando unidos, bajo el liderazgo nacional, podemos conseguir resultados para la gente, y valor para los recursos que se emplean.
Excelencias,
Debemos ser conscientes de que la falta de inversiones adecuadas y a tiempo en la reconstrucción del país empujará inevitablemente a las poblaciones más vulnerables, sin capacidad para mantener sus medios de subsistencia, a buscar salidas a la desesperada para sobrevivir.
Es probable que aumente la migración interna, incluso hacia Puerto Príncipe, que ya sufre graves problemas sociales y económicos y altos niveles de violencia.
También es probable que aumente la migración externa, ya que los haitianos buscan oportunidades en el extranjero, drenando la reserva de talento del país.
La inversión es esencial para ayudar al gobierno haitiano a proporcionar educación, formación, oportunidades de trabajo y, sobre todo, la esperanza de un futuro mejor para los haitianos y Haití.
Sabemos que la cantidad total necesaria para reparar y reconstruir, con resiliencia, estimada en unos 2.000 millones de dólares, puede parecer desalentadora para muchos.
También somos conscientes de que Haití se enfrenta a retos institucionales y de seguridad que amenazan el desarrollo a largo plazo. Y todos estamos de acuerdo en que necesitamos un entorno propicio, para mover la aguja, en última instancia, manteniendo la buena gobernanza y la transparencia en torno a los resultados y el impacto en la vida de las personas, especialmente, las mujeres y los jóvenes.
Hoy pedimos apoyo para las necesidades inmediatas de la población del sur. Para sus hogares, para sus escuelas, para sus hospitales y para sus medios de vida.
Para ello, el Gobierno necesita aproximadamente 500 millones de dólares –una cantidad que está a nuestro alcance y que puede ayudar a devolver a Haití a la trayectoria correcta.
Confío en que podamos hacer esto realidad hoy aquí, y que podamos contribuir a este primer paso hacia la reconstrucción y la recuperación de vidas.
Excelencias, colegas y amigos,
Permítanme subrayar una vez más la importancia de centrarse en las causas estructurales de larga data de los desafíos de Haití.
Los déficits de desarrollo a lo largo de los años e incluso de las décadas han dado lugar a grandes necesidades humanitarias y a la inestabilidad.
El pueblo haitiano, especialmente las mujeres y los jóvenes - como las personas de toda nuestra comunidad mundial - merecen un futuro estable, pacífico y próspero.
Hoy, nosotros tenemos la oportunidad de acercarnos a ese objetivo.
Una oportunidad para demostrar que hemos aprendido de los errores del pasado y que sabemos cómo realizar inversiones inteligentes y sostenibles.
Que podemos reconocer el liderazgo nacional cuando está en marcha y que podemos invertir en él.
Hoy, reafirmamos nuestro compromiso de estar con Haití y su pueblo, y de apoyar la recuperación del país hacia el desarrollo sostenible, la democracia, la estabilidad y la paz.
El pueblo de Haití debe ser siempre lo primero.
Merci.
Palabras pronunciadas por Amina Mohammed, Vicesecretaria General de las Naciones Unidas.