Así es como se ve el liderazgo: mujeres electas como funcionarias en dos continentes
“Yo te puedo decir, la perseverancia obtiene su recompensa”, dice Bernadette Gomina, quien se presentó sin éxito a la legislatura en 2005 y 2010. Fue elegida en 2015 y reelegida en 2020. “[Las mujeres parlamentarias] se enfrentan a problemas a muchos niveles: [falta de] financiación, comportamientos y mentalidades discriminatorias, pero nosotras, las mujeres... tenemos nuestro papel; debemos cambiar nuestra mentalidad y ponernos a trabajar, juntas, para cambiar esta situación.”
La primera vuelta de las elecciones presidenciales y parlamentarias de la República Centroafricana, celebrada el pasado mes de diciembre, estuvo marcada por la violencia y los ataques de los grupos rebeldes. En las provincias, muchos candidatos—en particular las mujeres—fueron amenazados, robados e incluso agredidos físicamente.
En respuesta a las quejas de las candidatas, ONU Mujeres y la policía de las Naciones Unidas establecieron una línea telefónica para recibir denuncias de violencia contra las mujeres.
“No me desanimé por todas las experiencias negativas”, dice Gomina. “Mis [electores] siguieron animándome, dándome fuerzas para seguir haciendo campaña”.
Una antigua comadrona, Gomina defendió las “Jornadas de Puertas Abiertas” en el parlamento, en las que las chicas que están en la escuela secundaria se relacionan con las parlamentarias, y las iniciativas de aprendizaje de trabajos para animar a más mujeres jóvenes a entrar en política.
“Nosotros trabajamos juntos”
Las mujeres sólo representan el 24,9% de los parlamentarios en todo el mundo. En la República Centroafricana, esa cifra es de apenas el 8,5 por ciento del Parlamento en el Gobierno saliente.
Desde 2015, ONU Mujeres ha apoyado la participación política de las mujeres mediante la creación del Foro de Mujeres Parlamentarias, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Entre 2015 y 2020, con el apoyo del Fondo para la Consolidación de la Paz, los Gobiernos de Canadá y Suecia y el PNUD, y a través del Ministerio de la Mujer, ONU Mujeres apoyó la revisión y aprobación de leyes con perspectiva de género, incluida la Ley de Paridad de 2016, que establece una cuota del 35% para las mujeres en todos los órganos de decisión.
“Cuando se trató la Ley de Paridad y otras leyes sobre género, [los miembros del Foro] se pusieron todos de acuerdo para convencer a sus compañeros diputados y a los miembros de nuestros respectivos partidos de que votaran a favor”, dice Gomina. “Gracias a que estuvimos allí, y trabajamos juntos, hoy la República Centroafricana tiene su Ley de Paridad”.
“Mi mayor orgullo”
“Ser mujer e indígena no es nada fácil, pero es mi mayor orgullo”, dice Cecilia Moyoviri Moye, la primera senadora indígena del departamento del Beni.
A sus 50 años, tras toda una vida de luchas y una historia de defensa de las tierras y los pueblos indígenas, se convirtió en 2020 en la primera senadora indígena electa de su región, Beni.
Ahora que es senadora, se centrará en la defensa de los derechos de las mujeres indígenas y en la protección del territorio que representa. “Ser representante de un pueblo indígena tiene muchos retos, pero es una oportunidad para dar voz a las mujeres que tienen propuestas”.
Moyoviri es una de las varias mujeres indígenas que fueron nominadas como candidatas a la Asamblea por sus propios pueblos indígenas para las elecciones nacionales de 2020. El Tribunal Supremo Electoral de Bolivia modificó las normas para la inscripción de candidaturas, permitiendo que los pueblos indígenas nominen por primera vez sus propias candidaturas sin la participación de los partidos políticos y tengan la oportunidad de ser elegidos bajo sus propias costumbres territoriales.
Ahora, cuatro mujeres indígenas forman parte de la Asamblea como representantes de las circunscripciones electorales especiales correspondientes a los pueblos indígenas campesinos.
“Un proceso largo y complejo... pero no imposible”
Pero muchas mujeres indígenas candidatas o electas han sufrido violencia a lo largo de su carrera política. La violencia contra las mujeres se considera una de las grandes barreras para acceder de manera efectiva a la política.
ONU Mujeres apoyó a los asociadoss que contribuyeron a la aprobación de la ley boliviana contra el acoso y la violencia política contra las mujeres (Ley 243) en 2012, la primera de este tipo en el mundo.
ONU Mujeres y el PNUD trabajan ahora para garantizar que esta nueva y poderosa ley sea efectiva, apoyando la recopilación de datos y otras medidas.
“Nuestro desafío es generar espacios de diálogo que nos permitan reflexionar y cuestionar los actos de violencia contra las mujeres”, dice la dirigente indígena Toribia Lero Quispe, que fue elegida diputada de la Cámara Baja en noviembre.
“Este será, sin duda, un proceso largo y complejo”, dice. “Pero no es imposible, y debemos contribuir a la construcción de una sociedad con igualdad de condiciones para todos”.
Para más datos sobre el liderazgo de las mujeres, véase el Informe del Secretario General de la ONU.
Esta historia se ha adaptado en función a historias más extensas sobre la República Centroafricana y Bolivia, las cuales fueron publicadas por ONU Mujeres. Apoyo editorial de Paul VanDeCarr, Oficina de Coordinación del Desarrollo.