En Costa Rica, mujeres indígenas superan retos y ponen freno a la triple discriminación
01 octubre 2022
Leyenda: Doña Faustina es parte de un grupo de 30 personas indígenas que contaron sus historias de vida con el objetivo de visibilizar las luchas indígenas por el cumplimiento de sus derechos en Costa Rica.
Faustina Torres es mujer indígena bribri, que se define así misma como madre, abuela, hermana y tía. Pero, sobre todo, es una transmisora de herencias ancestrales, defensora de derechos y luchadora incansable contra lo que ella llama “la triple discriminación”: ser indígena, mujer y con escaso acceso a la educación formal.
Esta lideresa indígena cree que la discriminación inicia cuando se invisibiliza la existencia y el aporte de los pueblos indígenas y de las mujeres al desarrollo de las sociedades.
Su sueño es ver cumplido el acceso a los derechos de las personas indígenas, pero sobre todo de las mujeres indígenas, quienes viven también con la sombra del machismo que les afecta en sus propias comunidades.
El machismo en su propia familia
“Desde mi infancia, me marca la vida entre hermanos. Éramos tres hermanas y un varón, entonces prevalecía la preferencia en el varón. Sin embargo, yo lo transformé de forma positiva para defenderme y reducir estas prácticas machistas”, afirma.
Ese combate hacia el machismo se extendió luego a la comunidad:
“Hubo siempre mucha discriminación y violencia de parte de los varones indígenas. No querían que se organizaran las mujeres. Ante esta situación, tuvimos que repensar sobre la vivencia indígena, el papel de mujeres culturalmente y las funciones que tienen las mujeres dentro de la cultura”.
De ahí saltó a luchas más amplias que implicaban la protesta social para reclamar los derechos de su pueblo ante la sociedad costarricense.
Aprendió de las luchas sociales participando de manifestaciones que se organizaban en San José, capital de Costa Rica, y así descubrió cómo defender lo que se quiere. Se involucró en luchas y reivindicación de derechos sobre la tenencia de tierras colectivas, acceso a la educación indígena, legislación para la autonomía de los pueblos indígenas, lucha contra la minería y desarrollos de proyectos hidroeléctricos dentro de territorios indígenas.
“En aquel momento, yo inicié las luchas a través de manifestaciones que se hacían en San José y aprendí a luchar por lo que una quiere. Me involucré en la lucha sobre la tenencia de tierra, la educación indígena, sobre la ley de autonomía, la minería, la represa hidroeléctrica y el Tratado de Libre Comercio. Esta lucha no es fácil, pero el conocimiento me ha ayudado mucho”, explica.
Su anhelo ahora es que se hagan realidad los derechos de muchas personas: “La esperanza es que se mantenga la cultura intacta y también el conocimiento académico. Un sueño es que mis hijos y nietos vivan en un lugar seguro”.
Soy indígena y esta es mi historia
Dice Faustina que su abuela marcó profundamente su vida. Ella es su referente, su firmeza y su seguridad, aunque también sus maestros, la escuela y la comunidad le han convertido en quien es hoy.
La cultura indígena le motiva a trabajar día a día. La lucha por ayudar a las personas a cumplir sus sueños le desvela.
Cree que la educación con pertinencia cultural, el respeto y el amor son las banderas para acabar con la discriminación en Costa Rica y el mundo.
La primera publicación de esta serie reconoció y amplificó la voz de personas afrodescendientes, siendo la publicación de personas indígenas la segunda de la serie. Hacia final de año, la ONU publicará historias de personas migrantes y con discapacidad.
Pero, ¿qué significa ser una persona indígena en Costa Rica?
Faustina alza la voz para reafirmar que sus vidas son más duras que las del habitante promedio de su país.
“La sociedad costarricense no nos enseña que hay indígenas en este país. Es una forma de discriminación, invisibilizar la existencia de los pueblos indígenas”, comenta.
En Costa Rica residen más de 104 mil personas indígenas, pertenecientes a 8 pueblos, de las cuales 36 mil habitan en 24 territorios. Bribris, Cabécares, Malekus, Chorotegas, Huetares, Ngäbes, Bruncas y Térrabas, conforman los pueblos indígenas del país.
“Creo que las mujeres indígenas tenemos triple discriminación por ser mujer, por ser indígena y por tener una escolaridad también muy baja”, asegura Fastina.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el 70% de hogares indígenas presentan necesidades básicas insatisfechas en temas imprescindibles como salud, educación y vivienda, mientras que el promedio nacional llega apenas al 24%.
En todo el país, la pobreza alcanza al 23% de los hogares. Sin embargo, en el caso de los pueblos indígenas, las cifras son desproporcionadas: en el pueblo Cabécar es del 94%; en el pueblo Ngäbe 87 % y en el pueblo Brörán 85%; por citar solo algunos.
Asimismo, el porcentaje de mujeres adolescentes indígenas que son madres supera el doble del total nacional. Y respecto a la educación, solamente el 13% de los indígenas se gradúa del colegio.
Abrir los ojos
Allegra Baiocchi, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Costa Rica, destacó que este libro de historias abre los ojos a la vivencia en comunidad, a las costumbres, cosmovisiones y a tradiciones llenas de significado y amor por la tierra y por el entorno.
“Para hacer este libro viajamos hasta sus territorios para que nos contaran lo que significa ser una persona indígena en Costa Rica y con ello profundizar en su cotidianidad, entender el sentido humano de sus luchas, sus esperanzas y en especial, esa transmisión del conocimiento tradicional a través de las generaciones", explica Baiocchi.
"Nos ha resultado sumamente valiosa la oportunidad de conocerles como personas, la oportunidad de ponernos en sus zapatos y considerarles en su máxima expresión como seres humanos esenciales, únicos y valiosos que forman parte de esta Costa Rica multiétnica y pluricultural”, dijo Baiocchi.
También, desde Naciones Unidas ha visto con preocupación el aumento de tensiones en territorios indígenas a causa del incumplimiento de la legislación que establece que los pueblos indígenas tienen asegurados para sus territorios cerca de 3300 KM cuadrados, aproximadamente un 7% del país, pero más de un tercio de dichos territorios están ocupados por personas no indígenas.
Leyenda: Hiqui Morera es una indígena maleku que también contó su historia en la publicación de ONU Costa Rica. Ella contó que aprendió a hacer todo aquello que alguna vez alguien dijo que no podría llegar a lograr.
Naciones Unidas ha destacado que una de sus principales misiones en el país es la de acompañar a los pueblos indígenas en la promoción y protección de sus derechos:
la autodeterminación
la tenencia segura de sus tierras colectivas
la consulta libre, previa e informada
la protección de los defensores y las defensoras de derechos humanos
la justicia pronta, eficaz y con pertinencia cultural
el acceso a servicios básicos y a oportunidades de desarrollo
También, ha expresado preocupación y ha dado seguimiento en el campo a las tensiones sociales y situaciones de violencia que se generan en los territorios indígenas por los problemas de tierras.
La ONU ha coordinado de manera estrecha con las autoridades del Estado, con líderes y lideresas de los territorios indígenas y sus organizaciones representativas, con el objetivo de reconocer la validez de la diversidad de sus voces, anhelos y demandas.
Para apoyar la respuesta y búsqueda de soluciones a estos desafíos, la ONU, por medio de sus agencias especializadas en Costa Rica, ha construido un Plan Estratégico para Pueblos Indígenas basado en las recomendaciones de los mecanismos de derechos humanos, incluidas las del examen periódico universal (EPU) que impulsa:
La prevención y protección con enfoque de género;
El seguimiento y apoyo para el abordaje de la pandemia por COVID-19 con enfoque de derechos humanos;
Apoyo para para asegurar el acceso a la justicia para pueblos indígenas;
Apoyo para asegurar el derecho a la consulta y a la participación;
Ambiente;
Protección de los derechos sexuales y reproductivos;
Fortalecimiento de derechos económicos, sociales y culturales;
Lucha contra la discriminación y el racismo;
Seguimiento a las recomendaciones de los mecanismos de derechos humanos.
Leyenda: La historia de Rosa, indígena boruca de Costa Rica, es parte del libro “Soy Indígena en Costa Rica y esta es mi Historia”.
Las Naciones Unidas han reconoció la intención y buena voluntad de las autoridades gubernamentales para resolver los grandes desafíos que enfrentan los pueblos indígenas.
La Organización ha hecho, además, un llamado a toda Costa Rica, país en cuya Constitución Política se reconoce su identidad multiétnica y pluricultural, y reafirma su histórica vocación por los derechos, la igualdad y la inclusión, profundizando su voluntad para el diálogo y acelerando la acción para resolver los grandes rezagos que enfrentan los pueblos indígenas.
Al final de su relato, Faustina Torres nos deja a todos una enseñanza:
“Creo que aprendí que hacer bien las cosas tiene retribuciones, es decir, sembrar buenas acciones y prácticas tienen buenos resultados. También he aprendido que las experiencias exitosas es muy importante compartirlas porque ahí está conocimiento. Se puede servir para el bien de una comunidad”.
Escrito por Danilo Mora Díaz, Oficial de Comunicaciones, ONU Costa Rica. Producido por ONU Costa Rica. Una versión de este artículo fue publicada por Noticias ONU.
Para conocer más sobre el trabajo de las Naciones Unidas en Costa Rica, visite CostaRica.UN.org.
Entidades de la ONU involucradas en esta iniciativa