En Myanmar, seis meses después del golpe de Estado, se agrava la crisis a nivel político, de derechos humanos y de ayuda humanitaria
Han pasado seis meses desde el golpe militar en Myanmar, donde hay una gran preocupación por el creciente impacto de la crisis que se está profundizando a nivel político, humanitario y de derechos humanos, afectando así a la población del país.
En declaraciones a Noticias ONU, el máximo responsable de la ayuda por parte de la Organización en Myanmar, el Coordinador Humanitario y Residente en funciones Ramanathan Balakrishnan, describió cómo la población se ha visto gravemente afectada en todo el país desde la toma de poder por parte de la junta el 1 de febrero.
“La situación del país se caracteriza ahora por la inestabilidad y el deterioro de la situación socioeconómica y de seguridad, a lo que hay que añadir una tercera oleada de la COVID-19” dijo Balakrishnan en una entrevista exclusiva.
Destacando el carácter permanente de la resistencia armada a las fuerzas de seguridad del Estado “en varias zonas de minorías étnicas”, incluyendo los estados de Shan, Chin y Kachin, el funcionario de la ONU dijo que, hasta la fecha, más de 200.000 personas han sido desarraigadas de sus hogares en dichas locaciones.
Aumento de los desplazados
En el estado de Rakhine, antes del golpe, el Plan de Respuesta Humanitaria de las Naciones Unidas para Myanmar señalaba que había un millón de personas, incluidos los desplazados internos, que necesitaban ayuda urgente, pero “esta cifra no ha hecho más que aumentar”, insistió Balakrishnan.
En términos más generales, “tras el golpe, se identificaron otros dos millones de personas con necesidad urgente de ayuda humanitaria, y éstas se encontraban en su mayoría en las zonas urbanas de Yangon y Mandalay”, dijo, añadiendo que la intensificación de los enfrentamientos y el empeoramiento de la situación socioeconómica estaban empujando a “decenas de miles de personas”, cada día, hacia un espacio de acción humanitaria.
Haciendo eco de la preocupación expresada por parte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y otros, en lo que respecta a los abusos en contra de los derechos, Balakrishnan condenó el uso continuo y generalizado de la fuerza letal por parte de los militares contra los manifestantes civiles.
Hambre en aumento
De cara al futuro, las prioridades de la ONU incluyen garantizar que millones de personas no sigan cayendo en el hambre, dijo el funcionario de ayuda. “Se ha producido un aumento del precio de los productos básicos para muchas personas... esto también ha provocado una reducción del valor nutricional de la cesta de alimentos que la gente suele tomar, ya que sustituyen su comida habitual por artículos más baratos y de más facil acceso”.
Volviendo a lo que compete al sistema sanitario de Myanmar, que se enfrenta a una presión extrema debido a la crisis del coronavirus, así como a los ataques al personal médico y a las instalaciones de Myanmar -y a un movimiento de desobediencia civil por parte de algunos profesionales de la salud-, Balakrishnan advirtió que incluso los servicios básicos se han visto interrumpidos en todo el país.
En apoyo al pueblo de Myanmar
En un mensaje de solidaridad, el máximo responsable de la ayuda insistió en que la ONU seguía comprometida a respetar la voluntad del pueblo del país.
Todo ello a pesar del limitado acceso a algunas partes del país por motivos de seguridad y de la interrupción del sistema bancario, que limitó la capacidad de la ONU para transferir fondos a los asociados humanitarios responsables de la entrega de la ayuda.
“La ONU seguirá denunciando las violaciones de los derechos humanos y se compromete a permanecer y prestar asistencia humanitaria que salve vidas al pueblo de Myanmar, además de enviar la respuesta de la COVID-19”, dijo el Sr. Balakrishnan.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en UN News (Noticias ONU). Para más información sobre el trabajo de las Naciones Unidas en Myanmar, visite Myanmar.UN.org. Para saber más sobre los resultados de nuestro trabajo en esta zona y en otras, visite el informe de la presidenta del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible sobre la Oficina de Coordinación del Desarrollo.