La pandemia de COVID-19 expone 'debilidades y desigualdades' globales
En declaraciones a Noticias ONU, Amina Mohammed dijo que la crisis global desatada por el virus podría y debería impulsar los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los 17 objetivos acordados a nivel mundial para erradicar la pobreza, crear un mundo más igualitario y pacífico, y proteger el planeta.
¿Qué tan preocupada está usted de que las desigualdades globales se profundicen como resultado de la pandemia de coronavirus?
Estoy muy preocupada. COVID-19 es un multiplicador de amenazas. Tenemos una emergencia sanitaria, una emergencia humanitaria y ahora una emergencia de desarrollo. Estas emergencias están agravando las desigualdades existentes. En las economías avanzadas, estamos viendo tasas más altas de mortalidad entre los grupos ya marginados. Y en los países en desarrollo, la crisis afectará aún más [acentudamente] a las poblaciones vulnerables.
Los sistemas de salud débiles no podrán hacer frente [a la situación]. Los sistemas de protección social incompletos corren el riesgo de que millones de personas vuelvan a caer en la pobreza. Y los gobiernos con poca potencia económica no podrán amortiguar los impactos ni recuperarse rápidamente. Todas las personas se verán afectadas por esta pandemia.
Y nadie podrá superar esto solo. Necesitaremos una muestra extraordinaria de solidaridad para que todas las personas salgan más fuertes del COVID-19 o corremos el riesgo de que grandes grupos poblacionales se queden más rezagados. Cualquier profundización de las brechas corre el riesgo de que las personas caigan en la pobreza, perdiendo ganancias forjadas con esfuerzo y debilitando nuestros sistemas para responder a la próxima emergencia.
¿Hasta qué punto cree que COVID-19 exacerbará los niveles de pobreza extrema en el mundo en desarrollo?
Estamos aprendiendo en muchos niveles cómo esta pandemia está exponiendo las debilidades y desigualdades de nuestras sociedades. El FMI proyecta que la economía mundial se contraerá drásticamente en un -3% este año. La OIT advierte que 1.600 millones de trabajadores de la economía informal —casi la mitad de la población activa mundial— corren un peligro inmediato de que se destruyan sus medios de vida. Y las remesas a los países en desarrollo ya se han reducido en un 20%.
Todo esto contribuirá a aumentar las tasas de pobreza. De hecho, el Banco Mundial ha estimado que unos 49 millones de personas podrían volver a caer en la pobreza extrema.
Pero esto no es inevitable. Tenemos las herramientas disponibles a nivel mundial para proporcionar a los países en desarrollo el espacio fiscal y los recursos necesarios para apoyar los ingresos de los más pobres; proteger a sus comunidades de los peores efectos y estar preparados para la recuperación.
Y basándose en esto, podemos recuperarnos mejor: aumentando la cobertura de los servicios esenciales; generando empleos verdes para una recuperación verde.
¿Usted espera que las mujeres se vean afectadas de manera desproporcionada por la pandemia?
Las mujeres están en la primera línea de COVID-19. Salvando vidas como socorristas, encontrando soluciones como innovadores, haciendo frente a la pandemia como líderes políticos.
Más hombres que mujeres están muriendo por el virus, pero las mujeres son las más afectadas por esta pandemia de otras formas. Las mujeres representan casi el 60% de la economía informal, ganan menos y corren un mayor riesgo de caer en la pobreza. Son la mayoría de las personas mayores del mundo, más propensas a vivir solas y menos propensas a tener acceso a Internet o teléfonos móviles, lo que aumenta su riesgo de aislamiento.
Hemos visto un aumento aterrador de la violencia contra las mujeres. Sabemos que quedarse en casa está creando las condiciones para la tormenta perfecta [en leguaje figurativo] para la violencia doméstica.
Sabemos que la igualdad de género y los derechos de la mujer son fundamentales para construir un futuro mejor para todos. Y me han inspirado las mujeres líderes que han dado un paso al frente para enfrentar la pandemia y se están levantando para que todos nos unamos en solidaridad.
¿Qué le preocupa que la financiación para el desarrollo de las naciones más ricas disminuya a medida que la economía mundial se tambalea?
En este momento, no estamos viendo una caída en la financiación. La ONU tiene muy claro que la respuesta del mundo es tan fuerte como el sistema de salud más débil. Y los gobiernos reconocen que el virus no respeta fronteras. También saben que si el virus se propaga rápidamente a contextos afectados por crisis humanitarias, o en varios países en desarrollo, los riesgos de inestabilidad política, de conflicto o de desplazamiento son muy reales. Nadie se beneficiará de esto.
Puede haber beneficios a corto plazo para el clima durante esta crisis, pero ¿cómo se verán afectadas a largo plazo las acciones para reducir el cambio climático, que es fundamental para la reducción de la pobreza?
Se pronostica que las emisiones globales disminuirán alrededor del 6 por ciento durante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, sabemos que la recesión económica e industrial como resultado de la pandemia de coronavirus no sustituye a la acción climática sostenida. Las economías pueden crecer y crear puestos de trabajo junto con una acción climática ambiciosa, si se realizan las inversiones adecuadas ahora para acelerar la descarbonización de las economías globales. Necesitamos una acción climática sostenida durante muchos años para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
¿Es posible convertir la crisis en un catalizador para la consecución de objetivos y la reducción de las desigualdades?
Absolutamente. Y en algunos aspectos, aquí no hay otra opción. No podemos permitirnos volver al mundo que teníamos antes de esta crisis. Eso significaría dejar sin abordar las vulnerabilidades y fragilidades que esta crisis ha puesto a la vista: una subinversión masiva en salud y protección social; desigualdades masivas globales y locales; la marcha hacia la destrucción de la naturaleza y la catástrofe climática; la erosión de las normas democráticas que son fundamentales para proteger los derechos y garantizar la cohesión social.
Tenemos una oportunidad única ahora, de aprovechar esta crisis para iniciar una Década de Acción para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Es poco realista el calendario para alcanzar los objetivos que ayudarán a reducir la desigualdad?
Esta crisis ya ha demostrado que se pueden lograr cambios masivos si hay voluntad política y unidad de propósito. Los ODS ya no son un conjunto de metas aspiracionales para un futuro lejano. Son lo mínimo que necesitamos para garantizar un mundo más seguro, más justo y más sostenible para todos. Si los líderes de toda la sociedad otorgan el mismo nivel de importancia y urgencia a la lucha contra la pobreza, el hambre y el cambio climático, tendremos éxito en esta Década de Acción sobre los ODS.
Producido por UN News [ONU Noticias en español]. Haga clic en el siguiente enlace para ver la entrevista publicada originalmente en inglés en el sitio de Noticias ONU: https://news.un.org/en/story