Prueba de estrés: Grandes reformas para reforzar la respuesta de las Naciones Unidas a la crisis mundial
Tres años y una pandemia después, ¿cómo marcha todo?
Los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) son quizás la labor más audaz en pro de la paz y la prosperidad mundiales desde la creación de las Naciones Unidas. Para alcanzar los objetivos se requiere que el sistema de la ONU trabaje unido, como nunca antes, tanto dentro como fuera de los países.
Con esta finalidad, en 2018, los Estados miembros de la ONU acordaron una visión para un sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo más robusto. En el centro de esta visión estaba un sistema de coordinadores residentes revitalizado y los equipos de las Naciones Unidas.
Ahora, tres años después, esta visión de la reforma se está poniendo en práctica cada vez más y más. Y esto no resulta en ningún momento demasiado pronto. La respuesta de la COVID-19 no sólo ha sido una prueba de resistencia para las reformas; también ha acelerado la aparición de una nueva generación de equipos de las Naciones Unidas en los países.
Un nuevo informe ofrece detalles sobre cómo estas reformas han producido resultados para las personas y el planeta. En cada área o “pilar” de trabajo, el informe muestra cómo el sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo ha hecho avanzar los ODS, incluso a través de los esfuerzos de respuesta y recuperación ante la COVID-19.
Pilar 1: La salud en primer lugar
El sistema de las Naciones Unidas se movilizó para responder a la epidemia de ébola de 2014. Esta experiencia resultó ser una valiosa preparación para hacer frente a la pandemia de la COVID-19, cuando el apoyo de las Naciones Unidas posibilitó que los países pudieran mantener los servicios de salud esenciales a pesar del fuerte aumento de la demanda de cuidados intensivos relacionados con la COVID.
Por ejemplo, el equipo de las Naciones Unidas en Kuwait proporcionó casi 24.000 cestas de alimentos a grupos y trabajadores vulnerables, 50.000 mascarillas, 20.000 mascarillas quirúrgicas, 40.000 guantes y 3.100 publicaciones de promoción para las familias de personas con discapacidad.
Durante la pandemia, aún así hubo que atender otras necesidades sanitarias. Los equipos de la ONU apoyaron a 142 millones de mujeres con servicios de salud materna, a 73 millones de niños y niñas con vacunas, y a 48 millones de niños y niñas por medio de programas de nutrición.
Pilar 2: Proteger a las personas
La pandemia es, ante todo, una crisis de salud pública. Pero también ha tenido efectos devastadores en prácticamente todos los demás ámbitos de la vida. Los equipos de las Naciones Unidas se han movilizado en países de todos los rincones del mundo para apoyar a los gobiernos en sus esfuerzos por proteger los servicios básicos durante la pandemia, minimizando así el número de personas que caen en la pobreza y ayudando a la gente a recuperarse cuando la crisis se calma.
Por ejemplo, uno de cada diez niños y niñas en todo el mundo — un total de 263 millones de niños y niñas — recibió educación a distancia o en el hogar con el apoyo de la ONU.
Y en India, los equipos de las Naciones Unidas ayudaron al país a aumentar en un 500% sus inversiones para hacer frente a la violencia de género, que se ha disparado durante la pandemia.
En estos y otros ámbitos de la vida, los equipos de las Naciones Unidas se esforzaron por proteger a las personas de los efectos secundarios de la pandemia.
Pilar 3: Respuesta económica y recuperación
Las repercusiones económicas de la pandemia han afectado más a ciertos sectores: las pequeñas y medianas empresas, los trabajadores agrícolas, los trabajadores autónomos, los jornaleros, los trabajadores del sector informal, los refugiados y los trabajadores migrantes.
Algunos equipos de la ONU se han centrado en la protección de los trabajadores y de los sectores más afectados. En 2020, los equipos de las Naciones Unidas prestaron apoyo a más de 1,3 millones de trabajadores del sector formal y a más de 580.000 trabajadores del sector informal, así como a unas 375.000 empresas — en su mayoría microempresas y pequeñas y medianas empresas. También se prestó apoyo a 4,7 millones de personas que trabajan en el suministro de alimentos.
Entre los ejemplos de la labor de los equipos de las Naciones Unidas se encuentran el apoyo al seguro de desempleo universal en México, la formación en materia de agroindustria y competencias en Guatemala, y las tecnologías digitales para reforzar las redes de seguridad social en Irán y muchos otros países.
Pilar 4: Respuesta macroeconómica y colaboración multilateral
La pandemia ha provocado la peor recesión económica mundial en 90 años. Una catástrofe de esta envergadura exige una respuesta de la misma magnitud. Para la ONU, eso ha significado trabajar estrechamente con los asociados y apoyar una respuesta macroeconómica que aborde la pandemia en su conjunto.
En países como Cabo Verde, Lesotho y Mongolia, los equipos de las Naciones Unidas elaboraron Planes de Respuesta Socioeconómica, que ayudaron a los países a crear una respuesta de financiación ante la COVID-19.
En todo el mundo, muchos equipos de las Naciones Unidas han apoyado las evaluaciones del impacto socioeconómico de la COVID-19, que luego informaron la política gubernamental. Por ejemplo, gracias a estas evaluaciones, 53 países han aplicado políticas socioeconómicas, 50 de protección social y 47 de empoderamiento de la mujer.
Este trabajo es técnico y orientado a las políticas, pero los resultados tienen que ver con las personas: los países son más capaces de atender las necesidades de algunos de sus residentes más vulnerables.
Pilar 5: Cohesión social y resiliencia comunitaria
La pandemia ha puesto en tensión a las sociedades de todo el mundo, magnificando las fisuras existentes y creando otras nuevas.
En respuesta, los equipos de la ONU, bajo la dirección técnica de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ayudaron a facilitar más de 1.000 diálogos nacionales y más de 500 subnacionales para empleadores y organizaciones empresariales, así como para sindicatos, sobre cómo responder a la pandemia y al aumento de la violencia doméstica, el racismo, la xenofobia, el estigma y otras formas de discriminación, y cómo prevenir y remediar los abusos de los derechos humanos.
Entre los beneficiarios se encuentran cerca de 3.000 empleadores y organizaciones empresariales, y más de 300 sindicatos.
Además, los equipos de la ONU han prestado apoyo a más de 25.000 organizaciones comunitarias y de la sociedad civil, incluidas 2.800 que se centran en los pueblos indígenas; 7.200 que se centran en los jóvenes, y 2.700 que se centran en entornos frágiles.
Una visión de futuro
La pandemia continúa su mortífera marcha todo el mundo. Al mismo tiempo, el sistema de desarrollo de la ONU se fortalece paso a paso, país a país. De este modo, las Naciones Unidas pueden hacer todo lo posible para hacer realidad la visión de una mayor paz y libertad—articulada en la Carta de la ONU y renovada en los ODS—pase lo que pase.
Producido por la Oficina de Coordinación del Desarrollo. Escrito por Paul VanDeCarr, Oficina de Coordinación del Desarrollo. Para saber más, visite la versión en línea del informe de la presidenta del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible sobre la Oficina de Coordinación del Desarrollo.