¿Qué pasaría si se pusiera fin a la práctica del "pasung" en Indonesia?

Hace muchos años, cuando era solo una niña, Heni Dwi Windarwati estaba paseando con sus padres cuando un hombre desconocido se les acercó en la calle.
“Él se dirigió hacia mí, aparentemente de la nada, y me besó en la frente. Yo recuerdo que no me asusté porque mis padres no reaccionaron fuertemente [hacia dicho gesto de un desonocido].”, recuerda. Sus padres le explicaron que el hombre padecía un grave problema de salud mental y que no tenía ninguna intención de hacer daño. “Desde muy temprano en mi vida, aprendí a sentir compasión hacia las personas vulnerables, y esto le daría forma a mi pasión en los años venideros.”
Años más tarde, este interés por la salud mental la inspiró a obtener un doctorado en enfermería psiquiátrica.
Una experiencia impactante
Años más tarde, este interés por la salud mental la inspiró a obtener un doctorado en enfermería psiquiátrica. La Dra. Heni pasó a ser profesora de la Universidad de Brawijaya, en Java Oriental. “Mi función principal es enseñar e investigar, y ambas [tareas] son muy importantes, pero algo dentro de mí me decía que tenía que hacer algo más. Y entonces descubrí el pasung” .
El pasung [el término en indonesio significa literalmente "atar"] es la práctica de encadenar y confinar en casa a personas que viven con problemas de salud mental. Esto se debe a la errónea idea de que son físicamente agresivas o peligrosas. Algunos creen que es porque están poseídos por demonios. Sus familias y la sociedad les obligan a permanecer en habitaciones aisladas, atadas con cadenas y vigas de madera, durante todo el día y todo el año. Comen, beben, orinan y defecan en el lugar. A día de hoy, el pasung sigue siendo una práctica habitual en Indonesia.
“Durante uno de mis primeros encuentros con personas en pasung, la persona estaba encadenada a un árbol fuera de su casa, mientras la familia permitía que su vaca viviera dentro de la casa. Me di cuenta de que la sociedad se ha desentendido de estas personas, y mi papel es ayudarles a recuperar sus derechos”, dice la doctora Heni. Ella calcula que hay al menos 12.000 personas en pasung en Java Oriental y, en colaboración con 38 oficinas sanitarias de distrito de la provincia, ha identificado a 4.000 de ellas. La mayoría tiene esquizofrenia.
“Yo entonces decidí”, dice, “que liberar a las personas del pasung es mi llamado vocacional”.

Tocando puertas
Una vez decidida su vocación, la Dra. Heni creó un equipo con sus colegas y estudiantes para ayudar a liberar del pansing a las personas con problemas de salud mental. El gobierno local reconoció formalmente al equipo, para que pudiera colaborar con los líderes de la comunidad, la policía y otros.
“El primer paso del trabajo es identificar a estos pacientes, porque las familias suelen ocultarlos de la vida social. Esto se traduce en [tener que] recorrer las comunidades para tratar de obtener información sobre los pacientes y llamar a las puertas. Trabajamos las veinticuatro horas del día, pero estoy muy agradecida de que mi equipo, conformado casi por completo por mujeres, esté muy entregado a esta causa”.
Muchas personas en pasung están allí durante años, incluso décadas. La Dra. Heni conoció a una persona que había estado encadenada durante 43 años, el periodo de reclusión más largo sobre el cual yo he tenid conocimiento. Ella también empezó a preguntarse sobre la vida de sus pacientes después del pasung. “No será posible que estos pacientes formen parte de la sociedad sin más apoyo, sobre todo cuando siguen enfrentándose a la estigmatización en todas partes”.
Para ofrecer un apoyo continuo a los pacientes, en 2016 la Dra. Heni puso en marcha un campamento anual de salud mental de tres días. En él, los pacientes que han sido dados de alta, sus familias y el personal sanitario se reúnen para apoyarse mutuamente, aprender y jugar. “El campamento ha aumentado la confianza de los antiguos pacientes", dice, "y ha demostrado a la familia y al personal sanitario que los pacientes pueden participar en la vida social como cualquier otra persona.”

Escuchar con el corazón abierto
La Dra. Heni cree que el pasung no existiría si los servicios de salud mental estuvieran disponibles y fueran accesibles, y si las comunidades estuvieran bien informadas sobre la salud mental. Trabaja continuamente para conseguir este objetivo, incluso abogando por que el gobierno acerque los servicios de salud mental a la comunidad.
“Mi principal estrategia es escuchar a la familia con el corazón abierto”, dice la Dra. Heni. “Aprendí que la mayoría de las familias no querían encadenar a sus miembros. Sin embargo, la presión de la comunidad y la falta de servicios de salud mental les dejaban sin opciones.”
La Dra. Heni y su equipo también le aseguraron a la familia que, una vez dada de alta del pasung, su equipo les apoyará en el cuidado del paciente, enseñándole la higiene e integrándolo de nuevo en la comunidad.
“Sin duda, creo que mi enfoque de liderazgo está moldeado por mi condición de mujer”, dice. “Ser colaboradora y compasiva es algo natural para mí, pero sin este enfoque no habría sido posible liberar a 600 personas del pasung”.
Aunque el pasung es ahora ilegal, la Dra. Heni cree que la solución a esta crisis va más allá de la actuación policial. “No se trata sólo de hacer cumplir la ley”, dice, “sino de comprender las preocupaciones y los temores de la familia, y convencerla de que el paciente puede tener una vida con sentido”.

Mujeres al mando
“Tenemos que preparar a las escuelas en el apoyo a las condiciones de salud mental de nuestros niños y niñas, antes de que sea demasiado tarde”, ella dice.
Si estuviera a cargo de la atención de la salud mental en el país, la Dra. Heni se centraría en la educación y la prevención. “Impulsaría la presencia de más mujeres en puestos de liderazgo en el ámbito de la salud, ya que creo que su liderazgo se basará en la asertividad, el trabajo duro y la amabilidad. La gente podría hablar de los problemas de salud mental como de cualquier otro problema de salud — sin estigmas, sin discriminación, sólo con empatía y compasión”.
Como profesora universitaria, promueve este enfoque con sus alumnos. “Casi el 90% de mis alumnos son mujeres. Imaginemos un mundo en el que todas se conviertan en líderes y lideren con el cerebro y el corazón. Sería un mundo más amable, más humano y más justo”, dice. “Pasung sería impensable”.
Las entidades de la ONU apoyan la labor en materia de salud mental del Gobierno y sus socios en Indonesia. La Dra. Heni y la OMS de Indonesia (WHO Indonesia en inglés) han colaborado en varios proyectos de salud mental, incluida la orientación para liberar a las personas del pasung y crear un sistema de apoyo para toda la familia. También en Indonesia, UNICEF y UNFPA trabajan en el campo de la salud mental con los adolescentes después de los desastres y con las nuevas madres, respectivamente.
Historia por Sukma Dwi Andrina, OMS Indonesia. Apoyo editorial de Paul VanDeCarr, Oficina de Coordinación del Desarrollo. Para saber más, visite Indonesia.UN.org. Para saber más sobre los resultados de nuestro trabajo en este ámbito y en otros, visite el Informe de la Presidencia del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.