Yemen no puede esperar, más de 16 millones de personas padecerán hambre este año

Los yemeníes están viviendo actualmente la mayor crisis humanitaria del mundo, un desastre agravado por el impacto de la pandemia de COVID-19 y por la grave crisis económica. Dos tercios de los yemeníes necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir. Más de 16 millones de yemeníes se enfrentarán al hambre este año, y casi 50.000 de ellos mueren de hambre en condiciones semejantes a las de la hambruna.
Las Naciones Unidas, lideradas por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), y sus asociados han estado en la primera línea de la respuesta. Los recursos actuales no son suficientes para satisfacer necesidades críticas o para contener la masiva hambruna. Existe una necesidad imperiosa de ampliar las operaciones humanitarias.
Para satisfacer las necesidades de millones de personas, las agencias de ayuda necesitarán cerca de US $4 mil millones de dólares. Sin este apoyo, la situación humanitaria se deteriorará rápidamente y las agencias de ayuda se verán obligadas a recortar los programas que salvan vidas.
Hoy, la ONU está convocando una reunión de Alto Nivel sobre Promesas de Contribuciones para la Crisis Humanitaria del Yemen—evento copatrocinado por los gobiernos de Suecia y de Suiza. Se está solicitando financiación inmediata para evitar una hambruna generalizada en todo el país.
Los equipos de la ONU continuarán apoyando incansablemente al pueblo de Yemen. Con este llamado a la generosidad y la solidaridad, cualquier financiamiento adicional ayudará a reforzar los esfuerzos que se están realizando y el progreso hacia una solución política para Yemen.
1) Previniendo la hambruna a gran escala en todo el país
“La guerra puede atraparte de muchas maneras. No son solo los bombardeos. La gente sufre cuando les quitan sus hogares. La gente muere de hambre y no hay suficiente agua. Lo que más me preocupa es que la guerra continuará en el futuro. Ese será mi futuro”.
Amina, una joven yemení comparte las palabras de una carta que escribió a todas las personas del mundo.
Su voz se hace eco de una generación de niños y niñas en Yemen que no han experimentado la vida fuera de la guerra. Hasta uno de cada cuatro niños y niñas sufre desnutrición aguda en algunas partes del país. Con COVID-19 reduciendo los ingresos y perturbando el suministro de alimentos, la escala y el impacto de la inseguridad alimentaria están al borde de derivar en una hambruna a gran escala. Dieciséis millones de personas en Yemen corren el riesgo de pasar hambre este año. Casi 50.000 están muriendo de hambre a medida que los focos de áreas afectadas han retrocedido en los últimos dos años.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) tiene como objetivo proporcionar asistencia alimentaria a más de 13 millones de yemeníes cada mes, su mayor respuesta de emergencia en el mundo. Mediante la distribución directa de alimentos y cupones, las personas pueden obtener alimentos en los comerciantes locales. El PMA también proporciona alimentos a 2.1 millones de niños y niñas escolarizados. Estos esfuerzos han ayudado a las familias a tener comida en la mesa, permitiéndoles visualizar un futuro para sus hijos e hijas.
La ONU también da prioridad a la ayuda para los más vulnerables. Por su parte, el PMA brinda apoyo nutricional a los 3.3 millones de mujeres embarazadas y lactantes. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Banco Mundial están dirigidos especialmente a los 1.2 millones de mujeres embarazadas y lactantes que sufren de desnutrición.
Se ha establecido un programa de dinero en efectivo para la nutrición. Emplea a mujeres locales como educadoras de salud comunitaria. Hasta ahora, 5.000 mujeres han recibido formación básica para impartir sesiones de educación nutricional mensuales y detectar la malnutrición.
2) Mejorando el acceso a la atención médica esencial

“Como enfermera, quiero ayudar y tratar a los pacientes. Puedo ver una herida de bala o una herida de metralla, pero no puedo ver esto”, dijo Irene Versoza, enfermera del Hospital de la Universidad de Ciencia y Tecnología en Sana’a.
En 2020, una crisis humanitaria ya espinosa se ha vuelto aún más desafiante debido a COVID-19. Incluso antes de que estallara la pandemia, el conflicto en Yemen significaba que el sistema de salud del país funcionaba al 50% de su capacidad normal.
Producido por UNFPA. Los datos presentados son de principios de 2020.*
* Nota Importante: Los subtítulos del video están disponibles en inglés.
“Sabemos que COVID-19 es una amenaza muy real y peligrosa. Pero si nos enfocamos solo en este virus, perdemos de vista a otros que están muriendo por enfermedades que no son COVID-19 y no podemos dejarlos atrás”, dijo el Dr. Muhammad Fawad Khan, Coordinador del Grupo de Salud de la ONU en Yemen.
Las agencias de la ONU han intensificado su respuesta de emergencia ante la pandemia. A principios de 2020, durante una fase crítica de la pandemia, llegó a Yemen un avión que transportaba un total de 43 toneladas de suministros de laboratorio, ventiladores, kits de prueba, máquinas de reacción en cadena de la polimerasa y el vital equipo de protección personal. Las agencias de la ONU distribuyeron los suministros a hospitales y laboratorios de todo el país. La pandemia ha llamado la atención del mundo, pero no es la única enfermedad que pone en riesgo a los yemeníes.
En Yemen, el grupo temático de la ONU sobre salud (UN Health Cluster, en inglés) incluye a agencias de la ONU y a organizaciones no gubernamentales locales e internacionales. Los asociados dividen los esfuerzos de respuesta según cuadrículas en un mapa, para que puedan satisfacer las necesidades humanitarias de manera sistemática. Pero aunque las agencias de la ONU tienden a atender las necesidades de emergencia, también están trabajando en soluciones a largo plazo para garantizar la salud, el bienestar y la dignidad de las personas desplazadas en Yemen.
3) Restaurando el acceso de las personas a servicios críticos

“El proyecto [solar] ofreció una solución radical a nuestra crisis eléctrica, permitiéndonos ofrecer servicios de calidad a las mujeres, ya que ahora el hospital está operativo las 24 horas. También podemos realizar cesáreas, tanto regulares como operaciones mayores”, afirmó el Dr. Mumtaz Abdo Mohamad Chafih, Cirujano General y Gerente de Obstetricia y Ginecología del Hospital Ash-Sha'ab.
En todo el país, los cortes de energía duraderos han paralizado los esfuerzos de desarrollo, causando estragos en otros servicios esenciales como educación, agua, saneamiento e higiene para todos (Water, Sanitation and Hygiene for All, WASH, en inglés),y atención médica. La reconstrucción de la infraestructura del país será fundamental para la supervivencia del país. El acceso a la salud también requiere restaurar servicios clave como energía, agua y saneamiento, transporte y gestión de residuos.
Según la Oficina de Servicios para Proyectos de la ONU (UNOPS), en la actualidad, con solo el 10 por ciento del país conectado a la red eléctrica pública, una gran mayoría de la población se ve privada de un acceso confiable a la electricidad. Para aliviar la crisis actual, UNOPS, con financiación del Banco Mundial, está trabajando para restaurar el acceso a servicios urbanos críticos en ciudades seleccionadas de Yemen, trabajando con asociados implementadores locales para proporcionar soluciones de energía solar, fuera de la red eléctrica habitual, para escuelas, hospitales, calles, y hogares.
“Me sentí seguro y aliviado. Pude encender la luz y ver lo que había a mi alrededor […] Puedo leer […] cocinar mi cena y comer cómodamente”. […]. Solíamos dormir, beber y comer en la oscuridad […]. Fue parte de nuestra lucha ”, dijo Ibrahim Saleh.
Antes de que se instalaran los paneles solares en su casa, Ibraham era uno de los millones de personas que vivían en el distrito de Wesab, en la gobernación de Dhamar, que solía vivir en la oscuridad tan pronto como se ponía el sol.
4) Salvaguardar la vida de mujeres y niñas

“Empecé a sufrir por el aumento de precios. Me costaba pagar el alquiler y cubrir los gastos diarios, sin mencionar las medicinas para mí y mis hijos”, explicó Um Nuria.
Um Nuria padece una afección cardíaca, y dos de sus seis hijos padecen asma. Durante los últimos 17 años, Um Nuria ha apoyado a su familia vendiendo samosas tradicionales yemeníes frente a una escuela local en Al-Hodeidah. Pero el conflicto en Yemen creó graves dificultades económicas.
Sin embargo, las mujeres yemeníes perseveraron para encontrar nuevas formas de mantener a sus familias—varias lo hicieron iniciando sus propias pequeñas empresas. Las mujeres que tuvieron éxito en sus nuevos oficios, como Um Nuria, se sintieron empoderadas. Pero el surgimiento de la pandemia de COVID-19 ha truncado su éxito y, con él, las esperanzas de una vida mejor. Con los factores estresantes económicos, de salud y sociales adicionales de COVID-19, los casos de violencia doméstica han ido en aumento.
En vista del impacto desproporcionado del conflicto y la crisis en las mujeres y las niñas, los equipos de la ONU están colocando a las mujeres y las niñas en el centro de sus esfuerzos de respuesta. ONU Mujeres brinda capacitación vocacional a mujeres emprendedoras y apoyo financiero para sus negocios, además de trabajar con asociados y el Gobierno para integrar las necesidades de mujeres y niñas en el plan nacional de respuesta COVID-19. Por su parte, UNFPA está mejorando las habilidades de las parteras, apoyando la mejora de las salas de maternidad y desplegando equipos móviles de salud reproductiva. El UNFPA también brinda apoyo psicosocial en todo el país.
5) Proteger a los más vulnerables, incluidos los recién desplazados

Si bien el conflicto en Yemen ha golpeado duramente a todo el país, pocos han sentido la privación con tanta fuerza como los Muhamasheen, un grupo étnico marginado apodado los 'marginados' que ya sufrían el legado de siglos de discriminación y pobreza antes de que estallara la guerra en 2015. Mariam, de 50 años, pertenece a esta comunidad. Ella y su familia se vieron obligadas a huir de su hogar en Sadá, en el noroeste de Yemen. Ahora se enfrenta a una batalla diaria por la supervivencia junto a otras 136 familias en un sitio que alberga a yeminis desplazados en el distrito de Kharif, de la gobernación de Amran.
“La mayoría de las veces, solo comemos una vez al día. No tengo combustible ni leña, así que quemamos botellas de plástico y basura cuando tenemos algo para cocinar”.
Siete años de conflicto han obligado a casi cuatro millones de yemeníes a huir a otros lugares del condado en busca de seguridad.
Además de proporcionar refugio, suministros básicos para el hogar y asistencia en efectivo a los más vulnerables, la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNHCR/ ACNUR) y los asociados humanitarios también están monitoreando las necesidades de la minoría muhamasheen de Yemen, y brindando asistencia legal para obtener documentos de identificación. La falta de documentos de identidad y la exclusión de cualquier afiliación tribal significa que los muhamasheen a menudo no son elegibles para la distribución de alimentos y otras formas de ayuda humanitaria.
Con el aumento de las hostilidades en la gobernación de Ma'rib en Yemen, al menos 8.000 personas abandonaron su hogar en las últimas semanas. Esto eleva el número total de personas desplazadas en esa parte del país a más de 116.000. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y sus socios están trabajando incansablemente para responder a las necesidades de estas personas recientemente desplazadas.
“Ya no le temo a la muerte. Estoy cansado de la vida. Pero temo quedarme lesionado o discapacitado porque no tengo a nadie que me cuide y temo que la condición de mi hijo esté empeorando ”.
Saliha dijo hablando sobre el sonido de una explosión cercana. Es una mujer mayor y se vio obligada a abandonar un lugar de desplazamiento en Sirwah.
Todavía queda un largo camino por recorrer y no hay tiempo para esperar. Yemen necesita acción ahora.
La ONU ha estado ayudando a millones de yemeníes a encontrar esperanza en sus vidas en medio de los tiempos más oscuros del país. Pero todavía queda un largo camino por recorrer, ya que millones de personas también merecen ver mejorar sus vidas y soñar con un futuro satisfactorio.
Si no se recauda la financiación que necesitamos para la operación de ayuda en Yemen, este año será catastrófico para las perspectivas de paz en el país. Un aumento en los fondos para la financiación de la operación de ayuda es la forma más rápida y eficiente de apoyar la prevención de la hambruna en este momento. Con $ 3.85 mil millones podemos ayudar a más de 16 millones de personas. La paz es el premio final, pero el problema más urgente en Yemen hoy es el hambre. Instamos a los donantes a que se comprometan generosamente y paguen con prontitud. Queremos convertir las promesas en alimentos, agua y otras ayudas para salvar vidas lo más rápido posible. 2020 fue un año difícil para todos nosotros, pero no hay muchas personas que sufran más que los y las yemeníes promedio en la actualidad.
Este no es el momento de alejarse de Yemen. Apoyemos al pueblo de Yemen.
Para donar a la crisis, visite: https://crisisrelief.un.org/t/yemen.
Basado en historias de OCHA, PMA, UNFPA, ONU-Mujeres, UNOPS, ACNUR, Banco Mundial y OIM, como se cita a lo largo de este artículo. Producido por la Oficina de Coordinación del Desarrollo. Para obtener más información sobre esta apelación, visite: https://www.unocha.org/yemen2021.
















