El apoyo a los grupos y comunidades vulnerables con información y servicios actualizados es una de las áreas clave en las que los Voluntarios de las Naciones Unidas contribuyen en Europa y Asia Central.
En Myanmar, el cierre de COVID-19 ha puesto al descubierto la estigmatización, la discriminación y el acoso que enfrentan muchas personas LGBTQI, particularmente en las áreas rurales. Las Naciones Unidas están trabajando para apoyar a esas personas.
La pequeña nación montañosa de Bhután ha conseguido hasta ahora contener la pandemia de COVID-19, a pesar de compartir frontera con China e India, dos países muy afectados por la pandemia. Bhután está ahora en camino de vacunar a más del 90% de la población adulta elegible.
Farah tuvo un esclarecedor descubrimiento que le dio un nuevo sentido de propósito: Apoyar las necesidades de los migrantes y refugiados, como sus familiares que, en ese momento, no podían valerse por sí mismos.
Si bien la acción humanitaria en Beirut está en pleno apogeo después de las dos explosiones que azotaron la ciudad el 4 de agosto, matando a cientos y desplazando a más de 300.000 personas, incluso mientras aumentan los casos de COVID-19, los jóvenes libaneses han salido a las calles, con máscaras y proporcionando alimentos y asistencia a los necesitados.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, designó a Sezin Sinanoglu de Turquía como Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Tayikistán, con la aprobación del Gobierno anfitrión.
Como testigo de los efectos del conflicto interno de Siria durante la última década, Bassel Al-Madani, un joven ingeniero y antiguo voluntario de la ONU, se inspiró para crear Entrepioneers 2030, un grupo que reúne a los jóvenes para que participen en la configuración del futuro de su país.
El equipo de la ONU en Bangladesh está trabajando en estrecha colaboración con las autoridades, la sociedad civil y el sector privado, mientras el país del sur de Asia se prepara para la pandemia de COVID-19.