Ecuador hace frente al aumento de la violencia y el crimen organizado
"Una isla de paz en un mar de caos”, así me describieron el Centro Polifuncional ZUMAR. Situado al noreste de Guayaquil. este centro aspira a mejorar la calidad de vida de la población de Bastión Popular, en especial niña/os, mujeres y jóvenes. Bastión Popular es un barrio con altos índices de pobreza, viviendas inadecuadas, hacinamiento y falta de acceso a sistemas adecuados de agua y saneamiento. En ZUMAR, la comunidad pueden acceder a servicios de salud, realizar actividades deportivas y culturales, asistir a capacitaciones y adquirir habilidades para el sustento, todo de forma gratuita.
Impulsado por el narcotráfico y el crimen organizado, este país anteriormente pacífico se ha transformado en el más violento de América Latina. La delincuencia está afectando a todos los sectores de la sociedad, las empresas son objeto de robos o son extorsionadas para pagar vacunas a cambio de protección, los hospitales han sido atacados y los niños están abandonando sus estudios porque las escuelas ya no se consideran espacios seguros.
Barrios como Bastión Popular se han convertido en un campo de batalla para bandas criminales organizadas que buscan tomar el control de lucrativas rutas de tráfico.
Mi visita a ZUMAR se produce en torno al lanzamiento de un nuevo proyecto de la ONU financiado por el Fondo de Consolidación de la Paz para tratar de combatir esta lacra. El proyecto “Capacidades para la paz, la seguridad y la reducción de la violencia en el Ecuador” busca fortalecer las capacidades institucionales y de la sociedad civil para la prevención y gestión del conflicto social y la construcción de la paz. Ha sido implementado por tres agencias de la ONU, el PNUD, la ONUDC y ONU Mujeres desde principios de año y ya ha logrado algunos resultados prometedores.
Por ejemplo, el fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones de la sociedad civil para que puedan ejercer mejor su papel como facilitadoras del diálogo, una forma importante de prevenir tensiones sociales. La importancia de fortalecer el tejido social y las estructuras comunitarias me la destaca Fernando Bastias Robayo, miembro del Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos. Me dice que las organizaciones criminales han ido penetrando progresivamente en las comunidades locales, desplazando a las instituciones del Estado y ahora controlan el territorio e incluso instituciones como las prisiones.
Los jóvenes corren un riesgo especial, en particular niños de tan sólo 12 años que son reclutados u obligados a formar parte de pandillas y se les asignan tareas que van desde servir como vigilantes o “campanas”, vender drogas en los mercados locales, cobrar dinero de extorsión o incluso cometer delitos violentos.
El proyecto PBF ha reconocido la importancia de trabajar con los jóvenes, como actores fundamentales en la construcción de la paz. Por ejemplo, agencias de la ONU han apoyado a la Empresa Pública Municipal de Acción Social y Educación (DASE) en el establecimiento de espacios de paz para desarrollar capacidades juveniles en el manejo pacífico de conflictos y prevenir el reclutamiento forzado de jóvenes. También han implementado la iniciativa “Juega Vive”, que tiene como objetivo promover el deporte para prevenir el delito y promover la resiliencia en jóvenes en situación de riesgo. También se realizaron talleres con jóvenes y líderes comunitarios para construir una estrategia que interrumpa el discurso de odio y la discriminación y la ONU apoyó el primer Encuentro de Jóvenes por la Paz y la Seguridad con más de 100 representantes de organizaciones de adolescentes y jóvenes.
Otro grupo muy afectado por el aumento de la delincuencia y la violencia son las mujeres y las niñas. Según datos de la Alianza Feminista para el Mapeo de los Femicidios en Ecuador, a nivel nacional, seis de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia y las mujeres y niñas corren cada vez más riesgo de ser reclutadas por grupos criminales, muchas de ellas para ser utilizadas como esclavas sexuales. Desde 2020, junto con la Unión Europea (UE), tres agencias de la ONU (ONUMUJERES, UNFPA y PNUD) trabajan a través de la Iniciativa Spotlight para reforzar el marco normativo y político relacionado con la violencia de género, fortalecer las capacidades de las instituciones públicas y de la sociedad civil, así como mejorar la disponibilidad de datos y servicios para los sobrevivientes de violencia de género y combatiendo los estereotipos de género dañinos y el lenguaje sexista.
El éxito de la Iniciativa Spotlight ha sido ampliamente reconocido y en 2024 se lanzará una segunda fase del programa con el apoyo continuo de la UE y de nuevos socios.
Para luchar contra el crimen organizado y las drogas, es necesaria una estrategia integral que incluya políticas públicas e instituciones fortalecidas para la prevención de la violencia y la protección de los derechos humanos, así como una inversión importante en programas sociales para abordar los factores subyacentes. Y debe ser un esfuerzo de toda la sociedad, incluyendo actores sociales y la cooperación internacional, como la ONU, que reafirma su compromiso mutuo para trabajar juntos.
Este blog fue escrito por Lena Savelli, Coordinadora Residente de la ONU en Ecuador. Para conocer más sobre el trabajo de la ONU en Ecuador, visite ecuador.un.org.