Modificando los métodos de recopilación de datos en Mauritania
Conozcamos a MALIKA, una innovadora herramienta desarrollada conjuntamente por UNICEF y UNFPA para monitorear el cambio de las normas sociales sobre la mutilación genital femenina (Female Genital Mutilation, FMG, en inglés) en Mauritania a través de encuestas y recopilación de datos. Malika busca confirmar si la disminución en la prevalencia observada a través de las Encuestas de Indicadores Múltiples por Conglomerados (Multiple Indicator Cluster Surveys, MICS, en inglés) y la evaluación rápida es correcta y real; confirmar si el cambio en la norma social es significativo y ver hasta qué punto la población considera que involucrar a adolescentes y jóvenes en las conversaciones es un punto decisivo para cambiar esta práctica.
Según la OMS, la mutilación genital femenina “comprende todos los procedimientos que implican la extirpación parcial o total de los genitales femeninos externos u otra lesión de los órganos genitales femeninos por razones no médicas”. La mutilación genital femenina está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres, especialmente de las niñas, ya que casi siempre se lleva a cabo sobre menores. MALIKA, que significa "reina" en árabe, significa "medir y analizar el vínculo entre el conocimiento y la promoción de la tecnología de la información" (Measuring and Analyzing Linkage between Information Technology Knowledge and Advocacy, MALIKA, en inglés) junto a los adolescentes para poner fin a la mutilación genital femenina.
Una práctica frecuente en Mauritania, afectó al 53,2% de las niñas menores de 14 años y al 66,6% de las mujeres de entre 15 y 49 años en 2015. Desde 2011, el UNFPA y UNICEF, junto con otras organizaciones de la sociedad civil, han estado apoyando al gobierno de Mauritania en la construcción un programa conjunto para impulsar a las personas a promover el abandono colectivo de esta práctica.
Paso 1: Transversalizando el uso de MALIKA
En noviembre de 2018, realizamos una capacitación y una prueba piloto en Nouakchott antes de incorporar MALIKA en nuestra programación. Seleccionamos dos regiones de convergencia para el equipo de las Naciones Unidas en Mauritania como parte de nuestro nuevo Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Las áreas que tienen una alta prevalencia de MGF son Hodh El Chargui, ubicada en el este de Mauritania y Assaba, ubicada en la parte sur del país. A través del censo distrital, definido en el Censo General de Población y Hábitat de 2013, creamos una muestra aleatoria representativa de 600 hogares (300 hogares en cada región). Encuestamos a un total de 2.863 personas, de las cuales el 60 por ciento eran mujeres.
Para este ejercicio, nos asociamos con el Ministerio de Economía y Finanzas, y la Oficina Nacional de Estadística, el Ministerio de Asuntos Sociales, Familia e Infancia y el Ministerio de Juventud y Deportes, así como varias organizaciones no gubernamentales y redes juveniles. Para ello, capacitamos a 15 mujeres jóvenes y cuatro jefes de equipo (hombres) para dotarles de los conocimientos y actitudes necesarios que les permitirían realizar de manera eficiente las actividades de recolección de datos en el campo.
Para recopilar los datos, utilizamos dos metodologías. La primera metodología implicó la recopilación de datos cuantitativos a través de una encuesta de una muestra representativa de hogares. Teníamos dos tipos de cuestionarios, uno dirigido a los hogares predefinidos y otra encuesta individual para mujeres elegibles de entre 15 y 49 años que vivían en esos hogares. Para recopilar datos cualitativos que nos ayudarían a determinar mejor la persistencia de la MGF en las comunidades, realizamos 19 grupos focales con niñas y niños, así como con mujeres y hombres adultos. Al mismo tiempo, también tuvimos conversaciones con Imanes de estas comunidades. También invertimos mucho en la construcción de una red de jóvenes a través de estas conversaciones para asegurarnos de que los hábitos caducos no permanezcan debajo de la superficie y resurjan en una generación futura.
También usamos teléfonos inteligentes o tabletas para recolectar datos cuantitativos y cualitativos, lo que nos permite obtener datos relevantes en tiempo real para la planificación operativa. Debido a que llevamos a cabo MALIKA una vez al año, podemos minimizar el tiempo y los costos de realizar encuestas y evaluaciones que son costosas y no se realizan con regularidad. De esta forma, Malika complementa los MICS, que se realizan cada cuatro años, lo que nos permite reaccionar más rápido y ajustar nuestra programación.
Paso dos: Desvelar y analizar los resultados
De las 2.863 personas que encuestamos, el 72% vive en áreas rurales. El 45% tiene menos de 15 años y el 68% de las mujeres no ha recibido ningún tipo de educación. El 97% de los encuestados confirmaron que están al tanto de la mutilación genital femenina, pero solo el 11% se enteró en la escuela, mientras que el 68% se enteró en eventos comunitarios.
Los niveles de educación también influyen en las actitudes hacia la mutilación genital femenina. Por ejemplo, el 61,3% de las mujeres que tenían al menos una hija ya se habían sometido a la MGF. Este es un número muy importante para nosotros porque el 29 % de las mujeres que fueron encuestadas se habían sometido a la mutilación genital femenina porque fue decisión de su madre. Y de este grupo, el 64 por ciento nunca había tenido acceso a la educación.
También encontramos una correlación entre el lugar de residencia como factor influyente para continuar con esta práctica. El 52% de los encuestados en las zonas rurales está a favor en comparación con el 48% que vive en las zonas urbanas. De hecho, el 52 por ciento de las mujeres preferiría mantener esta práctica, señalando tres razones principales: mejor higiene femenina, reconocimiento social y necesidades religiosas. Otras razones se relacionan con las normas sociales, a saber, la percepción de que la mutilación genital femenina es un requisito previo para formar parte de la sociedad.
Según las conversaciones de los grupos focales, el 46 por ciento de las mujeres dijeron que los miembros de sus comunidades están dispuestos a abandonar la MGF, en parte como resultado de las actividades de sensibilización realizadas por varias ONG.
Paso 3: Cómo seguir adelante con estas conversaciones
De este ejercicio, reunimos algunas conclusiones clave que ayudarán a alejarnos de las normas que actualmente apoyan la mutilación genital femenina en varias comunidades:
- Debemos considerar los valores socioculturales para poder fortalecer las estrategias actuales de erradicación de la MGF con la ayuda de la ciudadanía.
- Hay que tener en cuenta el razonamiento cultural a la hora de realizar actividades de sensibilización, formación y comunicación entre los diferentes actores para frenar esta tendencia.
- Es importante deconstruir los argumentos relacionados con el Islam y desarrollar un discurso contra la MGF.
- Incrementar nuestros esfuerzos de promoción y recibir más compromisos de los asociados que alentarían a abandonar la práctica de la mutilación genital femenina.
A través de MALIKA, pudimos comprender completamente que todavía existe una alta prevalencia de la mutilación genital femenina en estas dos áreas de Mauritania, por lo que debemos seguir trabajando. Planeamos utilizar los datos que recopilamos para abogar por el abandono de esta práctica a través de nuevos mensajes en los idiomas locales. También ajustaremos nuestra hoja de ruta del plan nacional de intervenciones sobre este tema.
Nuestro objetivo es tomar esta iniciativa a nivel nacional a través de una campaña contra la MGF. Este proyecto nos ha brindado la oportunidad de compartir información clave con nuestros asociados y de explorar vías para refinar nuestro trabajo y alinear nuestra nueva estrategia y plan de acción de MGF con las recomendaciones abordadas por MALIKA.
¡Seguiremos luchando y protegiendo a nuestras niñas!