La sabiduría de los ancianos: como la ONU trabaja por la preservación del conocimiento indígena en América Latina
Con más de 4000 idiomas distintos y a través de 90 países, los pueblos indígenas representan el 5% de la población global, aproximadamente 476 millones de personas.
El conocimiento tradicional de las comunidades indígenas, y su sabiduría en la preservación y restauración del entorno natural desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, a lo largo de la historia, su particular forma de vida ha sido amenazada, y se han vulnerado sus derechos a la tierra, los recursos naturales y la representación política.
El Día internacional de los Pueblos Indígenas, que se celebra anualmente el 9 de agosto, resalta la necesidad de proteger los derechos indígenas, y a su vez, reconoce las contribuciones vitales que las comunidades indígenas hacen para salvaguardar nuestro planeta y enriquecer su diversidad cultural.
Aquí presentamos tres formas en que nuestros equipos de país de la ONU han estado apoyando a las comunidades indígenas, llevando adelante el compromiso de preservar su conocimiento tradicional e identidad cultural.
Perú: las mujeres indígenas revitalizan la tierra con té
En la Amazonía peruana, los cambios climáticos junto con la deforestación generalizada han destruido una parte significativa del ecosistema y desestabilizado los medios de vida de las comunidades indígenas y sus sistemas alimentarios. Para apoyar la revitalización de este ecosistema y proteger los “pulmones del planeta”, un grupo de mujeres indígenas de la comunidad Awajun, conocidas como las “Nuwas”, se unieron a través de una asociación para cultivar plantas medicinales y producir té. Con este uso de un conocimiento transmitido por sus abuelas, las “Nuwas” lograron cultivar más de 100 tipos de plantas medicinales, sosteniendo de esta manera sus ingresos vendiendo el té bajo la marca “Nuwa”.
Las Nuwas se unieron a un grupo de más de 17000 productores locales - en un proyecto cofinanciado por el FIDA y el gobierno de Perú para fortalecer la sostenibilidad de su negocio y ampliar su producción agrícola. Obtén más información sobre cómo el programa está apoyando a las Nuwas y otros productores indígenas en la región a ser más resilientes y a proteger su tierra ancestral del cambio climático.
Alzando las voces indígenas en la región del Gran Chaco
La región del Gran Chaco, que se extiende por áreas de Argentina, Bolivia y Paraguay, es el “bosque seco” más grande del mundo y ahí residen más de 9 millones de personas.
La región es particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático, por las temperaturas altas y sequías prolongadas. Además de la presión climática, la región también sufre de falta de crecimiento a nivel económico, social y de salud. El manejo de los impactos que se desarrollan ahí requiere cooperación transfronteriza, conocimientos y apoyo de las comunidades, incluyendo a los pueblos indígenas.
Al reconocer esta necesidad de soluciones conjuntas, los Coordinadores residentes de Paraguay, Argentina y Bolivia visitaron la región, donde pudieron observar atentamente distintas iniciativas buscando lidiar con estas desigualdades y promoviendo el manejo sostenible de los recursos naturales.
Durante el recorrido, los y las Coordinadores residentes se juntaron con representantes de distintas comunidades indígenas, que compartieron sus perspectivas acerca de estos desafíos interconectados. Nancy López, parte de la comunidad indígena Weenaheyk en Argentina, dirige la estación de radio local “La Voz Indígena”, y compartió sus preocupaciones acerca de la pérdida de idiomas y culturas indígenas, y explicó a los Coordinadores residentes hasta qué punto son vitales para su pueblo los bosques y las montañas, como fuente de comida, de medicina y de material. Escucha más perspectivas indígenas de la misión de los Coordinadores residentes y aprende cómo se integran en el enfoque integrado de la ONU aquí.
Promoviendo una cultura indígena inclusiva en Brasil
En Manaus, una ciudad al noroeste de Brasil, el pueblo indígena Warao, de Venezuela, enfrenta varios retos al navegar por sus nuevas vidas como refugiados y migrantes, incluyendo el acceso a la educación y a los servicios de salud.
Daisy Pérez es una educadora indígena venezolana y madre de cuatro hijos, que ha estado trabajando para ayudar a inscribir a los y las refugiados/as en el sistema de escuelas públicas de Manaus, promoviendo así una mayor inclusión. Con el apoyo del ACNUR y del Instituto Mana, organismo asociado, Daisy se encargó de la documentación de representantes de la comunidad Warao, sensibilizó a las escuelas locales acerca de las necesidades y tradiciones culturales de los niños Warao, y conectó a las familias con los servicios esenciales de la ciudad. Obtén más información sobre cómo Daisy apoyó a las familias Warao hacia un futuro más digno aquí.