COP26: Los principales países contaminantes se enfrentan a acciones legales de los pequeños Estados insulares por la subida del nivel del mar
Poco antes de que los líderes mundiales se reunieran en Glasgow para la COP26, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas adoptó una resolución innovadora para reconocer “el acceso a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible como un derecho fundamental”.
La resolución anima a los Estados a adoptar políticas y asociarse con la sociedad civil y las empresas para proteger el medio ambiente como un bien público.
La audaz medida del Consejo fue recibida con mucha esperanza por los activistas medioambientales y de derechos humanos de todo el mundo.
Aunque parece prometedor, su cumplimiento requiere un fuerte compromiso de descarbonización por parte de todos los Gobiernos; su cumplimiento para mediados de este siglo es fundamental para muchos de los pequeños Estados insulares con los que trabajo como Coordinadora de la ONU en Samoa.
Entre los 43 Estados miembros de la ONU que adoptaron esta importante resolución, dos son ‘pequeños Estados insulares en desarrollo’ (conocidos como PEID), Cuba e Islas Marshall.
Otros Estados insulares que firmaron fueron Kiribati, Maldivas y Tuvalu. Si no se consigue avanzar hacia el objetivo de cero emisiones netas a mediados de siglo, gran parte de estos países dejarán de existir.
En el caso de los pequeños Estados insulares, garantizar el acceso a un medio ambiente seguro y saludable no puede ser responsabilidad exclusiva de los Gobiernos nacionales. Responsables de menos del 1% de las emisiones mundiales, los pequeños Estados insulares no son responsables de los daños que el cambio climático inflige a su población y a sus economías.
Países como Kiribati y Samoa nunca podrán detener por sí solos la pérdida de biodiversidad y la creciente inseguridad humana si el calentamiento global provocado por los grandes emisores continúa sin cesar.
Para recuperarse del devastador impacto económico de la COVID-19, la semana pasada los 58 miembros de la Alianza de Pequeños Estados Insulares hicieron algunas peticiones clave a las naciones del G20.
Pidieron que se les facilitara el acceso a la financiación del desarrollo y que se les diera la oportunidad de aplazar algunos de los enormes pagos de la deuda que actualmente obstaculizan sus posibilidades de recuperación económica interna.
Lamentablemente, estas peticiones parecen haber sido ignoradas, y el G20 no presentó ninguna solución específica para ayudar a los pequeños Estados insulares a salir de su actual situación.
Como dijo recientemente el profesor Sir Anton Muscatelli [en el periódico The Scotsman], descarbonizar el planeta es “la transformación económica más radical que hemos hecho en tiempos de paz”.
Aunque la Alianza Financiera de Glasgow, promovida por la ONU, para las cero emisiones netas es una gran noticia de esta semana, los PEID no podrán acceder a esos recursos según las normas actuales.
No dispuestos a esperar más, en los últimos días Antigua y Barbuda, y Tuvalu han firmado un acuerdo para solicitar justicia ante los tribunales internacionales por los daños inducidos por el clima.
Se espera que otros Estados se unan a la Comisión de Pequeños Estados Insulares sobre Cambio Climático y el Derecho Internacional para solicitar ayuda al Tribunal Internacional del Derecho del Mar sobre las responsabilidades legales de los principales Estados contaminantes por las emisiones de carbono, la contaminación marina y la subida del nivel del mar.
El desplazamiento forzado por el clima no es una medida de adaptación, sino una realidad profundamente angustiosa para los 65 millones de personas que viven en los pequeños Estados insulares en desarrollo.
Sólo un consenso firme y vinculante en Glasgow sobre cómo podemos lograr emisiones netas cero para 2050 puede ayudar a evitar una tragedia climática para ellos.
Blog publicado originalmente en ingles en The Scotsman. Escrito por Simona Marinescu, Coordinadora Residente de la ONU para Samoa, Islas Cook, Niue y Tokelau. Para saber más sobre el trabajo que se realiza en la región, visite Samoa.UN.org.
Para saber más sobre el revitalizado sistema de Coordinadores Residentes de la ONU, consulte la sección dedicada en el último informe de la presidenta del GNUDS sobre la Oficina de Coordinación del Desarrollo.