Costa Rica, las Naciones Unidas y la Cumbre sobre la Transformación de la Educación: Una oportunidad para reafirmar la educación como una prioridad mundial fundamental

Costa Rica ha sido históricamente un referente del desarrollo educativo en la región de América Latina y el Caribe, gracias al prolongado compromiso social, político y económico del país para garantizar la calidad del servicio educativo, su acceso y ejercicio.
La pandemia por COVID-19, la recesión económica y el aumento de la desigualdad y la exclusión social han puesto en riesgo los logros del sistema educativo en Costa Rica, la región y el mundo.
En este contexto, la Cumbre Mundial sobre Transformación de la Educación convocada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York es una oportunidad sin precedentes para recuperar y movilizar la confianza y credibilidad en los sistemas educativos, así como para lograr y reafirmar los compromisos de los líderes mundiales para poner a la educación en el centro nuevamente, invirtiendo en el alcance y la calidad.
El contexto de la educación en Costa Rica
La educación en este país centroamericano ha sido concebida como un pilar central de la movilidad social y de la participación activa de la ciudadanía hacia la consolidación de un país que prioriza el fortalecimiento de la democracia, la inclusión, la justicia social, la igualdad de género y la sostenibilidad. El modelo de éxito costarricense ha sido posible por la vigencia de un Estado de Bienestar Social que ha promovido la integralidad en el diseño de las políticas públicas que articulan los enfoques en materia de derechos, equidad e igualdad, poniendo a las personas en el centro.
Sin embargo, estos logros no están seguros hoy por hoy. Un contexto complejo pone en evidencia los retos que el sistema enfrenta para asegurar el ingreso o regreso, la permanencia y el éxito educativo de cada estudiante. Hay retos importantes para el aprendizaje de la lectoescritura y la matemática, entre otros.
La inversión pública educativa en los últimos años ha decrecido del 8% del PIB – coincidente con la normativa constitucional – a un 6.9 % en la actualidad, lo mismo que el gasto público que se dedica a educación – 21.54% en 2020 comparado con 24.3% en 2019[1]. .
Otro de los grandes desafíos observados fue el impacto de la pandemia por COVID-19, la suspensión de lecciones presenciales y la adopción de modelos híbridos para los cuales Costa Rica, ni la mayoría de países del mundo, estaban preparados del todo. La brecha digital puso a prueba el derecho a la educación en el país. Según el último informe del Ministerio de Educación Pública para el II Trimestre del 2021, solo el 35% del total de estudiantes matriculados, reportaban el uso de la plataforma virtual para la continuidad de sus estudios.

Los problemas de acceso a dispositivos y conectividad condicionaron las oportunidades de alfabetización digital, afectando no solamente el aprendizaje actual, sino también las futuras oportunidades de empleo para personas jóvenes, en este sector y en la economía en general y la disponibilidad de oferta cualificada, esencial para la atracción de inversiones que brinden al país las posibilidades de transformar su economía y su desarrollo.
El estancamiento de los aprendizajes representa un gran desafío. El más reciente Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) implementados por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de UNESCO en 2019, da cuenta que, aun cuando las y los estudiantes de tercer y sexto grado de Costa Rica continúan obteniendo algunos de los puntajes más altos de América Latina en matemática, lenguaje y ciencias, éstos no se han incrementado desde el último estudio regional llevado adelante en 2015 e incluso retrocedieron respecto al mismo estudio desarrollado en 2013 (TERCE).
Queda en evidencia la gran necesidad del país de lograr que el sistema educativo enfoque sus caminos para enfrentar las crecientes desigualdades socioeconómicas, lograr la inclusión educativa de las poblaciones en mayor condición de vulnerabilidad, y que reflejan, aún antes de la pandemia los bajos logros educativos sobre todo en la educación primaria que condicionan las trayectorias y la vinculación educativa en la secundaria y estudios superiores, y durante la pandemia en el acceso a conectividad y dispositivos. Es importantísimo retener a los adolescentes en los colegios para que completen la educación secundaria. Hoy, la mitad de las y los adolescentes salen del sistema educativo antes de completarlo.
Ante estos enormes desafíos, el Sistema de las Naciones Unidas ha dado un paso al frente y ha asumido un compromiso responsable con el país para apoyar la búsqueda de soluciones.

Cooperación ONU: oportunidades y conocimiento para la acción integrada
La cooperación entre agencias ha sido un ejercicio fundamental para abordar los desafíos mencionados con una mirada integral y compleja. Gracias a experiencias de cooperación interagenciales hemos podido, además de prevenir la duplicación de recursos, fortalecer nuestros aprendizajes y mostrar a los actores claves del país la necesidad de los enfoques multidisciplinarios que promovemos a través del involucramiento de actores de distintos sectores relacionados con los quehaceres específicos de las agencias. Estas experiencias nos están permitiendo también construir un marco de cooperación para los próximos cuatro años con mayor integración que plasme de forma más efectiva y explícita el enfoque “ONE UN”, impulsando la educación desde la primera infancia.
Es así que el Sistema de las Naciones Unidas en Costa Rica ha colaborado estrechamente con el Ministerio de Educación Pública, la Red de Cuido y Desarrollo Temprano y otras entidades del Estado para promover esta necesaria inclusión educativa que considere los enfoques de derechos humanos, diversidad, igualdad de género, sostenibilidad, justicia social, inclusión social; contemporánea y transformativa.

Durante la pandemia, Naciones Unidas adaptó sus programas de trabajo para contribuir a los esfuerzos nacionales de promoción y protección social, sobre todo en salud, y para niñez y adolescencia, asegurando la continuidad educativa, la reducción de la brecha digital, la atención socioemocional y psicosocial de las comunidades educativas, así como la educación sexual integral.
Además, se impulsaron intervenciones y acciones para la prevención de violencia de basada en género, discriminación, racismo y xenofobia, la elaboración y entrega de contenidos de calidad para estudiantado y docentes, la cohesión social, la formación de docentes en servicio, la asistencia técnica para el desarrollo de respuestas a la emergencia en el cierre/reapertura de centros educativos (curriculares, materiales educativos, plataformas, infraestructura, bioseguridad, financiamiento educativo, etc.), e incluso el acceso a la educación de poblaciones en situación de movilidad cuyos números se incrementaron frente a la crisis económica en la región.

Recuperar la confianza en el sistema educativo
La COVID-19 tuvo lugar justamente en un momento de debate sobre los modelos de desarrollo y políticas sociales, y la efectividad y eficiencia de sus presupuestos y la implementación.
En este contexto, la Cumbre Mundial sobre Transformación de la Educación es una oportunidad para continuar estos debates que contribuirán a recuperar y movilizar la confianza y credibilidad en el sistema educativo, generando espacios cívicos multiactorales para la construcción y el fortalecimiento de compromisos sociales y políticos que coloquen a la educación en el centro de las estrategias de recuperación y desarrollo.
Si bien la transformación de la educación no puede realizarse de un día para el otro y requiere de la participación y el compromiso de todas y todos, es esencial que el país, la región y el mundo asuman el compromiso y tomen las decisiones ahora hacia una educación enfocada en la inclusión, la calidad, los derechos en la que ningún niño, niña, adolescente y joven se queden atrás ni fuera.
[1] Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU). Base de datos del IEU, disponible en https://on.unesco.org/3vnhYT5.
Para saber más, visite: CostaRica.UN.org.
Los datos sobre el trabajo del equipo de las Naciones Unidas en el país en materia de educación están disponibles en el Informe de Resultados de la Cooperación ONU 2021.
Artículo de opinión originalmente coescrito en español por:
- Allegra Baiocchi
Coordinadora Residente en Costa Rica
baiocchi@un.org
- Patricia Portela de Souza
Representante de UNICEF en Costa Rica
ppsouza@unicef.org
- Alexander Leicht
Director de la Oficina Multipaís de la UNESCO en San José, Costa Rica
Representante de la UNESCO para Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá
a.leicht@unesco.org
Lea más sobre el tema:
- Volver a la escuela luego del COVID-19: ¿por qué no un regreso al futuro? - un blog del Asesor Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, Leonardo Garnier