Mantener la promesa de no dejar a nadie atrás: Apoyar a las comunidades afectadas por la crisis y el conflicto en Etiopía
Nyabel, Mebrat, Teklit y Woynshet son algunos de los millones de personas que sufren los efectos devastadores de una crisis socioeconómica y humanitaria que perdura en Etiopía.
Las entidades de la ONU siguen colaborando para responder a la situación, aportando su experiencia y aprovechando sus alianzas. Entre otras intervenciones prioritarias, prestan un apoyo vital a los refugiados y a los desplazados internos, especialmente a las mujeres y a las niñas; ayudan a las autoridades a garantizar la protección y la prestación de servicios esenciales y la gestión digna de las personas en movimiento; y apoyan a las supervivientes de la violencia entre las niñas vulnerables de las comunidades afectadas por el conflicto y la crisis.
Apoyo a las mujeres y niñas refugiadas en Gambela
“Me fui de casa en circunstancias muy difíciles, y las cosas en el campamento tampoco han sido fáciles. [...] Tienes que depender de los donantes para todo, incluso para poner la comida en la mesa o poder satisfacer tus necesidades de higiene personal”, dijo Nyabel Jock, una refugiada de 19 años de Sudán del Sur, durante un chequeo de embarazo en un centro sanitario del campo de refugiados de Jewi, en Gambela, una región del oeste de Etiopía que acoge a más de 370.000 refugiados solo de Sudán del Sur.
Además de apoyar a las supervivientes y a las mujeres y niñas en riesgo de sufrir violencia de género a través de un centro de ventanilla única, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) está formando al personal sanitario y distribuyendo kits de salud reproductiva de emergencia a los centros de Gambella, incluyendo equipos médicos, suministros, medicamentos y paneles solares para apoyar los servicios de salud sexual y reproductiva.
“El ecógrafo y los suministros médicos proporcionados por el UNFPA nos han permitido identificar a tiempo una gran cantidad de complicaciones, lo que ha salvado la vida de muchas mujeres”, dijo Asnake Getachew, una matrona de la sala de maternidad del campamento.
Con la llegada de nuevos refugiados, los sistemas sanitarios y sociales de Gambela se tambalean ante el aumento de las necesidades: En el campamento de Jewi, el único centro sanitario atiende a más de 60.000 refugiados— seis veces el máximo recomendado de 10.000 personas por centro sanitario. La inseguridad alimentaria diaria también aumenta a medida que el conflicto étnico y la sequía azotan la región y las inundaciones cíclicas destruyen las cosechas y los hogares. Con los recortes en las raciones de alimentos anunciados recientemente, la situación de los refugiados en Etiopía empeora día a día.
El Plan de Respuesta Humanitaria del UNFPA para Etiopía 2021-2022 pide urgentemente casi 14 millones de dólares para garantizar la atención sanitaria sexual y reproductiva de millones de mujeres y niñas en el país, incluyendo la protección contra la violencia de género y el apoyo a las supervivientes.
En Tigré, los desplazados internos encuentran una nueva esperanza como trabajadores sociales al servicio de otros desplazados
“Algunas personas me dicen que no pueden dormir por la noche. Tienen recuerdos de lo que vieron al escapar”, dice Mebrat, una mujer de 32 años, madre de tres hijos, quien huyó de su ciudad natal etíope para encontrar refugio en un centro sanitario de Mekelle, la capital de la región de Tigré.
Millones de etíopes han experimentado estos recuerdos, desde que estalló el conflicto en Tigré en noviembre de 2020 — un conflicto que generó tremendos traumas, obligando a millones de personas a huir de sus hogares en busca de seguridad.
Además de distribuir mantas, utensilios de cocina y material de refugio a los desplazados internos de las regiones de Afar, Amhara y Tigré, en el norte de Etiopía, ACNUR ha creado más de 60 mostradores de protección a los que pueden acceder más de medio millón de desplazados internos.
Mebrat empezó a trabajar como trabajadora social en uno de estos mostradores de protección, desempeñando un papel crucial al poner en contacto a los desplazados con las agencias humanitarias y al apoyar su bienestar físico y mental.
“Este trabajo me ayuda a mí también, ya que yo también he sufrido mucho”, afirma. “Me recuerda que todavía estoy viva y sana y que puedo ayudar a mi comunidad”.
Al igual que Mebrat, Teklit huyó de su casa con su mujer y su hijo de dos años. Perdió amigos en el camino, fue testigo de asesinatos, escapó de bombardeos, pasó noches escondido en el monte y caminó durante días en busca de seguridad. Pero en su actual función de trabajador social con ACNUR, él ha encontrado una nueva esperanza.
“Ayudo a identificar la mejor manera de ayudar [a estos niños y niñas desplazados], pero lo más importante es mantenerlos ocupados y activos. Hacemos deporte, nos reímos, bailamos. Esto es lo que más me llena”, dijo.
Apoyo a los supervivientes de la violencia y los abusos en las comunidades vulnerables afectadas por la crisis
Woynshet, una niña de 13 años de la región de Amhara, en el norte de Etiopía, fue enviada por sus padres a trabajar como empleada doméstica de la hija de unos vecinos cercanos.
Lejos de recibir el trato que esperaba, estuvo encerrada en la casa durante tres meses y soportó los abusos físicos y psicológicos de su empleadora, que le echaba líquido limpiador en la cara, le negaba la comida, la golpeaba y le hacía cortes en el cuerpo con un cuchillo y materiales punzantes, e intentaba introducirle objetos metálicos en los genitales. Tras meses sin noticias de su hija, el padre de Woynshet fue a buscarla. La encontró en un estado tan deplorable que tuvo que cargarla a la espalda para sacarla de la casa donde la maltrataban.
“No podía hablar ni moverse; tenía la piel quemada. La llevé directamente al departamento de policía de Debre Tabor para denunciar el caso”, explicó.
Gracias al testimonio de Woynshet y a las pruebas recogidas por la policía y el hospital, las personas que abusaron de ella fueron condenadas a 11 años de prisión.
Dado que la historia de Woynshet no es inusual en todo el país, ONU Mujeres proporciona refugios para mujeres y niñas vulnerables. Con el apoyo de ONU Mujeres y la financiación de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios y Dinamarca, la Association for Women’s Sanctuary and Development, una organización sin ánimo de lucro lolcal, abrió en septiembre de 2021 un refugio de emergencia en Semera, una ciudad de la región de Afar, para ofrecer servicios de rehabilitación y reintegración a las mujeres y niñas desplazadas internamente y supervivientes de la violencia debida al conflicto actual en el norte de Etiopía.
ONU Mujeres también ha apoyado la creación de cinco refugios similares en otras regiones. Este trabajo forma parte de una iniciativa apoyada por el Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) para mitigar, prevenir y responder a la violencia de género entre las comunidades vulnerables, incluidos los desplazados internos, en Etiopía.
Una prestación de servicios segura, legal y digna para los refugiados y desplazados
Para ayudar a Etiopía a hacer frente a la creciente afluencia de desplazados internos y refugiados, la OIM ha forjado una alianza con la Agencia de Inmigración, Nacionalidad y Hechos Vitales (Immigration, Nationality and Vital Events Agency, INVEA, en inglés) de Etiopía, apoyando los marcos de gestión de la inmigración y las fronteras, desarrollando las competencias y los conocimientos del personal de INVEA — incluyendo la formación en detección de fraudes y protección de los migrantes—, impulsando la infraestructura, creando capacidad y fomentando la cooperación transfronteriza.
Estas alianzas son fundamentales para ayudar a garantizar una prestación de servicios segura, legal y digna a las personas que cruzan las fronteras de Etiopía.
“Nuestra experiencia ha demostrado que una capacidad eficaz de gestión de la inmigración y las fronteras puede influir positivamente en el desarrollo de un país, entre otras cosas, mejorando la seguridad pública y el sistema sanitario, estimulando el comercio de la comunidad fronteriza y mejorando la protección de las víctimas de la trata de personas y otros migrantes vulnerables”, declaró Mohammed Abdiker, Director Regional de la OIM para el Este y el Cuerno de África.
Preparados para apoyar el diálogo hacia la paz
“Naciones Unidas está preparada para apoyar un proceso de diálogo, paz, seguridad y reconciliación inclusivo y nacional en Etiopía”, declaró el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres.
De hecho, el conflicto en curso en el norte de Etiopía está agravando la crisis económica y humanitaria existente en la región. En las tres regiones afectadas por el conflicto, más de nueve millones de personas necesitan ahora asistencia alimentaria humanitaria.
“Lo que está claro es que el precio de las confrontaciones es demasiado alto y, por tanto, la paz es indispensable”, declaró la Vicesecretaria General, Amina Mohammed, a su regreso de un viaje de cinco días a Etiopía.
Hasta que las perspectivas mejoren en el país, la ONU seguirá defendiendo los derechos de los millones de personas vulnerables que viven con dolor y necesitan apoyo para reconstruir sus vidas.
Historia extraída de cuatro artículos originales publicados inicialmente en las respectivas páginas web del UNFPA, ACNUR, ONU Mujeres y la OIM. Compilado y editado por la Oficina de Coordinación del Desarrollo (OCD) de las Naciones Unidas. Para saber más sobre el trabajo de la ONU en Etiopía, visite https://ethiopia.un.org/.