Los Voluntarios de las Naciones Unidas en Europa y Asia Central y su pasión por servir a las comunidades
05 diciembre 2021
Leyenda: Aliaksandr "Sasha" Audzevich (centro) planea dar la vuelta al mundo en su bicicleta de mano para concienciar sobre la inclusión de las personas con discapacidad.
Cada año, en todo el mundo, miles de voluntarios de docenas de profesiones se unen a las misiones de diferentes entidades de la ONU para trabajar sobre el terreno. Todos los voluntarios que prestan servicio en 150 países y territorios están coordinados por una agencia llamada Voluntarios de las Naciones Unidas, o VNU para abreviar.
Cada Voluntario de las Naciones Unidas es diferente, pero todos tienen un denominador común: el deseo de marcar la diferencia en la vida de las personas.
Con muchas misiones diferentes actualmente activas en Europa y Asia Central, los voluntarios trabajan en muchas áreas, desde el control de drogas hasta la lucha contra la exclusión social.
Hablamos con tres Voluntarios de las Naciones Unidas de toda la región para saber qué les hizo elegir servir en el terreno en lugar de trabajar desde la comodidad de una oficina.
Belarús: abriendo caminos para un futuro inclusivo
“La inclusión es nuestro futuro”, dice Aliaksandr “Sasha” Audzevich, quien en el pasado se desempeñó como Voluntario de las Naciones Unidas especialista en inclusión del PNUD en Minsk. A los 26 años, Sasha tuvo un accidente de moto y perdió el uso de ambas piernas.
Muchas personas discapacitadas son invisibles en la sociedad. Como dice Sasha, en Belarús, sólo el 20% de las personas con discapacidad tienen un trabajo. “Yo mismo soy de un pueblo pequeño, y antes del accidente sólo había visto gente en silla de ruedas en la televisión”, dice.
Para cambiar esto, Sasha se ha esforzado por eliminar las barreras a la inclusión, tanto físicas como culturales. Algunos de sus proyectos más recientes son “Inclusive Barista”, que ya ha ayudado a formar y emplear como baristas a varias docenas de personas con discapacidades visibles e invisibles. También está detrás de la miniserie de YouTube titulada “Who else if not us” (¿Quién más si no nosotros?, en español), la cual habla de diferentes situaciones vitales de personas con discapacidad y de cómo resuelven los retos cotidianos, desde la solicitud de empleo hasta ir a cenar en un restaurante.
Tras completar su misión de un año en el PNUD, Sasha está deseando aprender más sobre las personas que viven con discapacidades en todo el mundo. En 2016 hizo un viaje personal en su bicicleta de mano desde Belarús a Portugal, y ahora está planeando dar la vuelta al mundo y “concienciar sobre la discapacidad en todo el mundo”, dando esperanza de un futuro inclusivo a todos los que quedan atrás.
Ucrania: Enseñar a los niños y niñas a negociar por la paz y la recuperación
Leyenda: Olga Tsuprykova, Voluntaria de las Naciones Unidas, especialista en Recuperación y Consolidación de la Paz con el UNFPA, en Ucrania, durante una misión de Myropolis en el oblast de Luhansk.
Desde 2018, la Iniciativa Myropolis (traducida a grandes rasgos como “ciudad de la paz”) sirvió de foro para los jóvenes de Donetsk y Luhansk. Allí los niños locales podían reunirse y explorar los caminos hacia la paz y la recuperación.
Olga Tsuprykova era una Voluntaria de las Naciones Unidas que prestaba servicio en el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y una de sus primeras tareas fue coordinar la sesión de 2020 de Micrópolis que se celebraría en medio de la pandemia de la COVID.
“Para mí esta tarea fue especial porque soy nativa de la región de Donetsk. Fue una gran oportunidad para contribuir a los procesos de consolidación de la paz en mi Ucrania natal”, explica.
Con su tutoría y apoyo, Myropolis tuvo lugar en la escuela de un pueblo de la región de Luhansk, reuniendo a 30 niños y niñas de la zona. “Estoy enamorada de mis proyectos”, dice Olga. “Ayudar a los jóvenes que viven en zonas remotas y afectadas a desplegar su potencial es algo especial”.
“En un momento tan difícil para mi país, quiero de verdad ser útil y ayudar a los más vulnerables: los refugiados que están pasando por dificultades extremas a causa de la crisis provocada por el brote de COVID-19”, dice Ruhafzo Nekushoeva, Voluntaria de las Naciones Unidas asistente de protección de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Tayikistán.
Cuando comenzó el brote, Ruhafzo estuvo apoyando a sus colegas de la OMS y de UNICEF en la preparación de campañas y en la difusión de materiales multilingües, incluso en dari, sobre medidas de prevención y restricciones.
“Con el brote del virus, nuestro trabajo dentro de un sólido equipo multifuncional se ha intensificado”, dice Ruhafzo. Más tarde, a pesar de sus acuerdos de teletrabajo durante la cuarentena, Ruhafzo siguió recopilando informes sobre el perfil de la población de refugiados, traduciendo cartas oficiales y asistiendo directamente a los refugiados.
Ruhafzo dice, “Para mí, ser Voluntario de las Naciones Unidas es tener la oportunidad de incitar al cambio y hacer progresos ahora, cuando se necesitan más que nunca”.
Esta historia se basa en entrevistas publicadas anteriormente y en material de los Voluntarios de las Naciones Unidas, Europa y Asia Central, a quienes dirigimos nuestro especial agradecimiento.
Apoyo editorial de Maria Podkopaeva, Oficina de Coordinación del Desarrollo (Oficina de Coordinación del Desarrollo).
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Entidades de la ONU involucradas en esta iniciativa