Las agencias de la ONU lamentan profundamente el naufragio de una embarcación el pasado 11 de octubre en Acandí, Colombia, que transportaba a unas 30 personas hacia Panamá. En esta tragedia perdieron la vida tres personas y otras seis, incluyendo tres menores de edad, se encuentran desaparecidas, según informaron las autoridades colombianas.
La quebrada luce pacífica. Apenas un estrecho canal de agua—quieta, chocolatosa, silenciosa, inofensiva—, a un costado de Las Margaritas, en la zona este de la provincia de Panamá. Sin embargo, en época lluviosa, la historia es otra.
Millones de personas están volviendo a caer en la pobreza cada año debido a conmociones que van desde condiciones climáticas severas localizadas hasta grandes desastres, como sequías, inundaciones y tormentas y, como lo demuestra la COVID-19, enfermedades pandémicas y epidémicas.
No es ningún misterio que las agencias de las Naciones Unidas en el país no siempre han sido conscientes de lis solapamientos en su trabajo con las diferentes contrapartes gubernamentales.
El Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas ha comenzado. La ONU ha hecho un llamamiento a los líderes de América Latina y el Caribe — una región que cuenta con siete de los países más biodiversos del mundo — para que amplíen los compromisos adquiridos para restaurar nuestros tan necesarios ecosistemas. Este llamamiento se produce cuando los países del Caribe se preparan para una activa temporada de huracanes.
Líderes de las Naciones Unidas de cinco países del sur de Asia han unido sus fuerzas para reforzar la cooperación regional en materia de cambio climático, respuesta en casos de desastre, preparación ante emergencias y desarrollo económico y social.
Seis meses después del devastador terremoto, el Gobierno de Haití está reuniendo a la comunidad internacional para abogar por la reconstrucción y la recuperación.
Las inundaciones son responsables de cerca de dos tercios del total de víctimas humanas causadas por desastres naturales en los últimos 40 años. Por ello, la gestión del riesgo de inundaciones forma parte de las estrategias de reducción del riesgo de catástrofes que son tan importantes, especialmente en Oriente Medio y el Norte de África.
Nuestros equipos de las Naciones Unidas están sobre el terreno, trabajando con los gobiernos y las principales partes interesadas para reforzar las respuestas de los países a la pandemia de COVID-19, ayudando a garantizar una recuperación armoniosa.
El aumento de las inversiones en los sistemas locales de distribución de alimentos es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición sostenibles de las personas desplazadas por la fuerza y de las comunidades de acogida, según afirman tres agencias de la ONU con motivo del Día Mundial de la Alimentación, el cual se celebra el 16 de octubre.