5 razones por las que Costa Rica está ganando la lucha contra COVID-19
Reconocida mundialmente como una democracia fuerte que promueve los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente, Costa Rica abolió su ejército y dedicó esos recursos a la educación pública. La pandemia de COVID-19 ha planteado quizás el mayor desafío para esos logros históricos en la historia de la nación, por lo que, a pesar de los bajos números y las buenas noticias, las autoridades no claman victoria.
Sin embargo, los datos y los hechos son extremadamente prometedores: Costa Rica tiene la tasa de letalidad COVID-19 más baja de la región, y el país actualmente tiene más casos recuperados que casos activos. No hay transmisión comunitaria registrada, y las infecciones diarias han disminuido significativamente (se han mantenido por debajo de 10 casos en las últimas semanas). A principios de mayo, había menos de media docena de pacientes infectados en Unidades de Cuidados Intensivos en todo el país.
¿Cómo ha logrado Costa Rica estos impresionantes resultados? Aquí hay cinco razones fundamentales.
1. Poniendo la salud primero
Históricamente, el país ha tenido un sistema de salud universal y robusto, que cubre aproximadamente al 95% de la población. Esto ha contribuido a que la esperanza de vida en el país sea una de las más altas del mundo (79,6 años, según lo indicado por la Organización Mundial de la Salud).
Costa Rica tiene casi 30 hospitales y clínicas, y más de mil equipos de atención integral integral a nivel comunitario. El país también estableció un centro especializado para personas con COVID-19 en cuestión de pocas semanas, con todos los equipos y suministros necesarios para atender a estos pacientes. Los pacientes que dieron positivo para COVID-19 reciben una orden de aislamiento en sus hogares durante 14 días, y reciben un seguimiento telefónico diario (o cara a cara, cuando sea necesario) por un equipo médico.
2. Una respuesta rápida, basada en hechos y evidencia científica.
Desde el comienzo de la pandemia, Costa Rica basó sus decisiones y acciones en evidencia científica, anteponiendo la preservación de la vida y la protección de la salud a otros temas, incluida la política, y el Presidente de la República, Carlos Alvarado, posicionó a su Ministro de Salud Daniel Salas, experto en epidemiología, como líder en la preparación y respuesta del país a la crisis.
Costa Rica ya tenía planes de atención y preparación para posibles pandemias, basados en experiencias previas con influenza aviar, influenza AH1N1 y SARS, en los cuales el propio ministro había participado como coordinador y parte de los equipos técnicos de la Dirección de Vigilancia Sanitaria del Ministerio.
El ministro, junto con el presidente del Fondo Costarricense de Seguridad Social, Roman Macaya, se convirtieron en puntos de referencia y autoridades para toda la población, sobre las medidas a seguir para prevenir infecciones y detener la propagación.
El país aplicó medidas escalonadas que incluyeron restricciones de vehículos sanitarios, restricciones en la medición y operación de locales comerciales, cierre de centros educativos en comunidades con infecciones y, a nivel nacional, el cierre de fronteras, playas y parques nacionales, entre otros.
Es importante destacar que las autoridades decidieron colocar siempre a la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud como referencia y líder internacional en su respuesta, y aplicar sus directrices y recomendaciones (para la detección temprana de casos, pruebas, su aislamiento, trazabilidad de contactos). , además de brindar atención y llevar a cabo las intervenciones de salud pública necesarias) de manera firme y sostenida.
3. Fuerte apoyo institucional
Muchas de las instituciones de Costa Rica fueron movilizadas para responder a la pandemia. Aquí hay algunos ejemplos importantes.
La producción en la Fábrica Nacional de Licores cambió a la producción de gel de alcohol, para satisfacer la creciente demanda. La oficina de correos se encargó de su distribución en todo el país.
Las universidades públicas se concentraron en desarrollar respiradores para equipar y fortalecer las unidades de cuidados intensivos en el país, y el Instituto Nacional de Aprendizaje produjo miles de artículos de ropa hospitalaria para enfrentar la pandemia.
El Ministerio de Trabajo y el Instituto Mixto de Ayuda Social lanzaron una iniciativa para apoyar a las personas cuyos trabajos se han visto afectados por la crisis, y el Congreso aprobó la legislación rápidamente, para permitir la aplicación de medidas sanitarias de emergencia, la relajación de los contratos laborales para evitar despidos, así como la relajación de las condiciones bancarias para los deudores, y un plan de desgravación fiscal que establece una moratoria sobre el pago de algunas tarifas.
4. Una sociedad que sigue las instrucciones oficiales, y actúa de manera responsable.
La suma de todas las medidas descritas anteriormente generó un fuerte sentido de responsabilidad y confianza mutua entre las autoridades y la población.
En términos generales, las personas han respetado el llamado a adoptar medidas básicas de higiene (protocolo para lavarse las manos, estornudar y toser, no tocarse la cara con las manos sucias, no salir si está enfermo o tener contacto con personas enfermas), quedarse en casa, distanciamiento físico, y evitando lugares públicos tanto como sea posible.
Cientos de empresas, fundaciones y organizaciones comunitarias están distribuyendo alimentos y ayuda a quienes se ven afectados por la desaceleración económica, y otros colaboran con las autoridades en la distribución de medicamentos. También hay innumerables ejemplos de apoyo y solidaridad de parte del público.
5. Evitar la complacencia
Todos los días, Daniel Salas, Ministro de Salud Pública, hace la misma advertencia en su conferencia de prensa vespertina: "no podemos sentirnos demasiado cómodos, debemos ser muy cuidadosos y seguir todas las regulaciones de salud y distanciamiento físico".
Poco a poco, y con la confianza basada en los resultados alcanzados hasta el momento, el gobierno ha tomado la decisión de relajar algunas de sus medidas: ciertas tiendas pueden abrir, con capacidad limitada, y algunos deportes individuales ya se pueden practicar en áreas abiertas. Se espera que en los próximos días se anuncien nuevas medidas basadas en evidencia.
Sin inmunidad económica
Costa Rica aún no ha ganado la batalla. No está reclamando la victoria, y sabe que todavía hay grandes desafíos por delante.
Las autoridades reconocen que se podrían perder unos 500,000 empleos debido a la pandemia, y el Banco Mundial ha dicho que la economía sufrirá una recesión en 2020, con una contracción del PIB de alrededor del 3.3 por ciento. Se espera que el déficit fiscal aumente significativamente, con fuertes aumentos en el desempleo y la pobreza.
En las Naciones Unidas, estamos apoyando al país para enfrentar urgentemente desafíos clave. Estos incluyen la necesidad continua de priorizar la salud; enfocar la respuesta basada en la ciencia y la evidencia; promover la igualdad de género y eliminar la violencia de género y la discriminación; e iniciar el proceso de recuperación socioeconómica lo antes posible, al tiempo que se garantiza que nadie, incluidos los grupos más excluidos, se quede atrás.
Desde donar miles de pruebas de detección y equipo de protección personal, hasta apoyar la creación de pruebas de diagnóstico, las Naciones Unidas también están acompañando completamente a Costa Rica en este proceso.
La batalla está lejos de terminar, pero los resultados hasta ahora muestran que el ejemplo de Costa Rica debe ser estudiado y tomado en consideración, como un ejemplo de cómo enfrentar y enfrentar esta crisis de salud global sin precedentes.
Versión en inglés producida originalmente por UN News (una versión en español de este blog se publicó originalmente en el periódico El País).