8 maneras de que las comunidades de África "superen las sequías" y acaben con la desertificación

Este año, el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía se celebra el 17 de junio bajo el lema "superando juntos las sequías".
Las sequías se han convertido en un urgente problema mundial. Agravadas por el cambio climático inducido por el hombre y la desertificación, amenazan a todo tipo de países, repercutiendo negativamente en la seguridad alimentaria y el desarrollo socioeconómico. Y las perspectivas no son tranquilizadoras, ya que las sequías pueden afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050.
Las entidades de las Naciones Unidas, junto con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD, por sus siglas en inglés), están abordando las causas fundamentales de la sequía y la desertificación, a la vez que se ocupan de sus impactos y sientan las bases para un futuro más sostenible. Conozca cómo se está logrando en esta recopilación de intervenciones en África, el continente más afectado por la sequía.
1. La Gran Muralla Verde: Un poderoso motor para restaurar la vida y la prosperidad

El cambio climático está teniendo un impacto devastador en África, con sequías más frecuentes y graves que agravan la pobreza, la escasez de alimentos y la inseguridad. Reducir las emisiones de CO2 (y eliminarlas) es fundamental para reducir la sequía. Pero detener e invertir la degradación de la tierra inducida por el hombre – la principal causa de la desertificación – es igualmente primordial.
La Iniciativa de la Gran Muralla Verde (GGWI, por sus siglas en inglés), liderada por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD), consiste en una serie de proyectos de plantación de árboles que se extienden a lo largo de 8.000 km desde Senegal hasta Djibouti, con la participación de más de 20 países.
La FAO apoyó la iniciativa ayudando a más de 500 comunidades a mejorar la seguridad alimentaria y las oportunidades de generación de ingresos. El FIDA y el Fondo Verde para el Clima establecieron un nuevo programa en colaboración con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para apoyar mejor a los países de la Iniciativa de la Gran Muralla en la restauración de la tierra y los ecosistemas, la mejora de la producción agrícola y el acceso a los mercados y la nutrición. En Burkina Faso, una nueva iniciativa del PNUD apoyará pronto a las comunidades para que se dediquen a la reforestación, promuevan la conservación del agua, rehabiliten las riberas de los ríos y reduzcan la erosión del suelo.
La Iniciativa de la Gran Muralla Verde ya ha restaurado millones de hectáreas de tierra. Para 2030, pretende restaurar 100 millones de hectáreas de tierras degradadas, secuestrar 250 millones de toneladas de carbono en el suelo y crear 10 millones de empleos verdes.
También cataliza la acción para hacer frente a los múltiples aspectos de la sequía y la desertificación en todo el continente, y las Naciones Unidas se han puesto manos a la obra para apoyar a los países y las comunidades a este respecto, incluso fuera del perímetro de la GGWI.
2. Combatir la erosión del suelo y restaurar los ecosistemas costeros

En el Delta del Saloum, en Senegal, el FIDA ha colaborado con la ONUDI para restaurar los manglares de la zona, que están desapareciendo debido a la sobreexplotación, el cambio climático y la sequía.
En la localidad de Toubakouta, el proyecto también ayudó a crear una nueva línea de producción de ostras y a instalar colmenas.
"Luego utilizamos parte de nuestros ahorros para reforestar el manglar y protegerlo, porque sabemos que tenemos que cuidarlo mucho, mucho", dice Bana Diouf, presidenta de un grupo de mujeres financiado por el proyecto.
En Nceka, en el este de Eswatini, la erosión del suelo supone un grave problema para la comunidad. El programa Sistemas Alimentarios Resilientes, una iniciativa dirigida por el FIDA, puso en marcha una rehabilitación de tierras que ayudó a catalizar el cambio no sólo en los paisajes sino también en las mentalidades.

"Rehabilitar esta tierra no sólo nos ayudará a alimentar a nuestras familias, sino que también ha creado un vínculo entre nosotros como vecinos", dijo Hleziphi Ndlangamandla, miembro del grupo de control de la erosión del proyecto.
3. Aprovechar la innovación, la tecnología, las alianzas y la financiación privada
Gracias a las alianzas entre la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, la FAO y una empresa tecnológica de nueva creación, la tecnología de los drones puede ayudar a los países a lo largo de la Iniciativa de la Gran Muralla Verde a seguir el crecimiento de los árboles plantados, determinar las causas de la degradación de la tierra y plantar árboles a mayor velocidad.
Pero la innovación no siempre requiere tecnología de punta.
En la década de 1980, Yacouba Sawadogo, un agricultor de Burkina Faso, desarrolló una nueva técnica de irrigación que permitía a los cultivos sobrevivir con un mínimo de precipitaciones. Su innovación revolucionó la agricultura en África, lo que le valió el apodo de "El hombre que detuvo el desierto" y el título de Campeón de la Tierra 2020 del PNUMA.
"Es imposible evitar las dificultades o que otras personas te confronten por tus ideas. Tienes que estar preparado para responder a esos desafíos y defender tu posición", afirma Sawadogo.
Sin embargo, la financiación sigue siendo un reto clave en el trabajo de restauración de tierras. Por ello, el PNUMA motiva a los gestores de fondos privados a crear fondos específicos a través del Mecanismo de Capital Semilla para la Restauración y utiliza una combinación de financiación privada y pública para poner en marcha los proyectos con un riesgo reducido para los inversores.
4. Apoyar los medios de vida de las comunidades afectadas por la sequía

Ali Mohamed Wasuge, un pastor del centro de Somalia, nunca había visto la tierra tan seca.
"Los terrenos están secos y, sin agua, todo lo que plantamos la temporada pasada ha sido arrasado por la sequía. Nuestro ganado se está muriendo de hambre", dijo Wasuge.
Con la muerte de sus animales, el sustento de Ali está desapareciendo ante sus ojos. Sin embargo, ha decidido quedarse en su pueblo.
La familia de Ali recibió de la FAO asistencia en efectivo, semillas y herramientas para la siembra. Ahora Ali puede pagar sus deudas y mantener a su familia unida. Más de 1.800 otras familias del distrito recibieron la ayuda para la subsistencia de la FAO.
5. Ayudar a las personas desplazadas y a las comunidades de acogida a adaptarse promoviendo la solidaridad y la cohesión

Los refugiados nigerianos recién llegados al campamento de Minawao, en el norte de Camerún, solían talar los árboles de los alrededores para obtener leña, lo que aceleraba la desertificación. ACNUR ayudó a evitar la catástrofe humana y ecológica mediante un programa de reforestación que reunió a las comunidades de acogida y de refugiados.
Lydia Yacoubou es una de las muchas refugiadas que ayudaron a plantar 360.000 semillas germinadas con miembros de su comunidad de acogida.
"En primer lugar, [los árboles] proporcionan la sombra necesaria para cultivar alimentos. En segundo lugar, las hojas y las ramas muertas pueden convertirse en abono. Por último, el bosque atrae y retiene el agua. Incluso han aumentado las lluvias", dice Lydia.
Del mismo modo, en Ouallam, en el norte de Níger, las comunidades indígenas y los desplazados encontraron soluciones juntos. En el huerto del ACNUR, las mujeres han empezado a cultivar tierras antes degradadas y han aprendido a minimizar la evaporación del agua mientras nutren sus plantas.
Rabi Saley, de 35 años, que se trasladó a la zona tras huir de la violencia en Malí, dijo:
“Lo hicimos... todos juntos con las diferentes comunidades: los refugiados, los desplazados y la comunidad local de Ouallam.”, aseguró Rabi. “Nos hemos convertido en una sola comunidad, ¡incluso me casé aquí!”, comentó.

6. Proteger a las mujeres y las niñas que se enfrentan a las dificultades relacionadas con la sequía
"Mira eso", dijo Soalandy, una madre de 31 años con cuatro hijos, abriendo mucho los brazos. "El suelo está tan seco. ¿Cuántos años más podremos sobrevivir a esta sequía?".
La sequía que ha afectado incesantemente a la región del Gran Sur de Madagascar ha agravado la inseguridad alimentaria, ha devastado los medios de subsistencia y ha afectado de forma desproporcionada a las mujeres. Abordar las necesidades de planificación familiar, la violencia de género y la mortalidad materna se ha convertido en todo un desafío.
El UNFPA apoyó a las mujeres y niñas afectadas de la región proporcionando cientos de consultas prenatales, ecografías obstétricas, kits de higiene, tratamientos y servicios de planificación familiar.

"Somos como las plantas. De alguna manera nos levantaremos a pesar de la sequía y volveremos a dar flores y frutos", dijo Soalandy.
7. Hacer frente a la inminente amenaza de la hambruna
Una sequía sin precedentes asola actualmente el Cuerno de África, con 16,7 millones de personas que se enfrentan a una gran inseguridad alimentaria, según una alerta conjunta emitida por la FAO. Y la situación va a empeorar según la OMM y otras organizaciones.
La inflación provocada por la crisis de Ucrania está agravando aún más la emergencia alimentaria en toda la región.

El Programa Mundial de Alimentos está ampliando sus intervenciones para proporcionar asistencia alimentaria y nutricional de emergencia a millones de personas en Somalia y Etiopía, mientras que UNICEF—que informó haber conocido a madres y padres que tuvieron que enterrar a sus hijos esqueléticos al borde de la carretera—trabaja para proporcionar ayuda que salvas vidas en toda la región, abordando la malnutrición aguda grave en niños y garantizando el acceso al agua potable.
La inseguridad alimentaria también amenaza al Sahel, más concretamente al Sudán, donde la FAO está ayudando a rehabilitar la infraestructura hídrica y proporcionando múltiples formas de apoyo a los pequeños agricultores .
8. Apoyar los medios de subsistencia de las personas desplazadas por la sequía
Al igual que los más de 771.000 somalíes desplazados por la extrema sequía en Somalia, Etiopía y Kenya, Aliyow no tuvo otra opción que abandonar su hogar con su familia.
"Llegamos aquí con nuestros hijos a hombros", dice Aliyow, agotado.
La Organización Internacional para las Migraciones ha prestado asistencia humanitaria a más de 350.000 personas afectadas como Aliyow. También se ha asociado con UNICEF y el PMA para llegar a otras 90.000 personas extremadamente vulnerables entre los desplazados.
ONU-Hábitat, por su parte, está proporcionando transferencias en efectivo a 1.300 somalíes, entre ellos a Khadijo Idow Aden, una madre de nueve hijos que se quedó sin ingresos después de que su ganado muriera a causa de la sequía y se vio obligada a abandonar su casa con su familia.

"Por fin tenemos comida en casa y puedo alimentar a mi familia", dijo Aden.
La magnitud de la devastación causada por la sequía y la desertificación es inconmensurable, y la ayuda de emergencia sigue siendo vital para salvar los millones de vidas que están en juego. Pero el mundo necesita abordar urgentemente las causas profundas de estos fenómenos.
Todo el mundo tiene un rol que desempeñar, y este rol empieza ahora. ¡Tome acción y ayúdenos a difundir los mensajes de la campaña sobre la sequía!
Este artículo ha sido elaborado por la Oficina de Coordinación del Desarrollo a partir de una recopilación de historias originales publicadas inicialmente por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, PNUMA, PNUD, FAO, el FIDA, el PMA, OIM, ACNUR, UNICEF, UNFPA, ONU-Hábitat, la iniciativa de Sistemas Alimentarios Resilientes y Noticias ONU. Todas las historias originales están enlazadas en esta pieza compilada y todas las imágenes se han extraído de estas piezas originales.
















