Las entidades de la ONU ofrecen una amplia protección a los libaneses durante la COVID-19
A medida que la pandemia penetra en más zonas, ¿cómo se ve el trabajo serio orientado a contenerla? Esta pregunta es la más importante para los responsables sanitarios y políticos de todo el mundo. En el caso del Líbano, un país relativamente pequeño, debe ser un trabajo de colaboración si se quiere tener éxito.
“En el Líbano, esta crisis llega en un momento ya extraordinariamente difícil desde el punto de vista económico, financiero y social”, dijo el Coordinador Residente y Humanitario de las Naciones Unidas en el Líbano ad interim, Claudio Cordone. El país ya se tambaleaba debido a una grave crisis económica y financiera, una crisis de refugiados, en curso; y persistentes protestas contra el Gobierno. Desde que se movilizó para frenar la propagación de la COVID-19 el 18 de marzo, el Líbano ha cerrado sus fronteras terrestres, su aeropuerto y sus puertos marítimos, y ha clausurado todos los negocios excepto los esenciales. El personal de las Naciones Unidas en las 26 entidades del Líbano ha trabajado incansablemente junto a las autoridades libanesas para dar una respuesta coordinada y coherente cuyo objetivo es “No dejar a nadie atrás”.
Suministros de higiene: La sanidad pública en la vanguardia de la respuesta
La prioridad, una respuesta inmediata a la crisis sanitaria, fue encabezada por la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el Líbano. Apoyó al gobierno del Líbano para hacer frente a la escasez de medicamentos, adquirir suministros de equipos producidos localmente, formar a los trabajadores sanitarios y no sanitarios, aumentar la capacidad de realización de pruebas en todo el país y aumentar el número de camas para las salas del hospital destinadas a la COVID-19 y las unidades de cuidados intensivos.
La pronta y rápida actuación supuso una enorme diferencia. “Hasta ahora, el Líbano ha sido capaz de garantizar una preparación y una respuesta sólidas y bien coordinadas ante la COVID-19. Ahora, tenemos que permanecer atentos y seguir prestando el apoyo necesario, ya que el brote está lejos de haber terminado”, dijo el representante de la OMS en el Líbano, el Dr. Iman Shankiti.
Educar al público
A continuación, se libró una batalla en el segundo frente de la pandemia: contra la propagación de desinformación, que corre el riesgo de socavar los buenos consejos y poner en peligro a la población. “Es el momento de la ciencia y la solidaridad”, dijo Yukie Mokuo, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en el Líbano. UNICEF se asoció con la OMS, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Ministerio de Información del Líbano para lanzar campañas educativas a través de la televisión y los medios sociales para luchar contra las noticias falsas, contrarrestar el discurso del odio y trabajar para evitar que las personas con COVID-19 sean estigmatizadas. Otras campañas en las redes sociales, lanzadas con el Ministerio de Salud Pública, proporcionaron consejos prácticos sobre medidas de prevención y recuperación. Los vídeos cortos de las campañas llegaron a más de tres millones de personas a través de la televisión y a otros 2,9 millones a través de las redes sociales.
El reto #SafeHands4Lebanon (manos seguras para el Líbano, es la etiqueta usada en redes sociales) promovía el lavado de manos para protegerse de la COVID-19. Las estrellas de los medios sociales Salma Abu Deif, Rita Lamah y otros compartieron los mensajes sanitarios de las Naciones Unidas.
“La crisis de la COVID-19 demostró ser una batalla de comunicación, una batalla para cambiar el comportamiento de la gente difundiendo hechos, no miedo, mientras se transmiten mensajes de esperanza para ayudar a proteger a la gente física y mentalmente”, dijo la directora del CINU de Beirut, Margo El-Helou.
Mujeres y violencia doméstica
Otro de los focos de atención han sido las mujeres, que, como en otros lugares, se han llevado la peor parte del confinamiento en el Líbano. Además de aumentar la carga de los cuidados no remunerados y de exponerlas a un mayor riesgo de contraer el virus, ya que constituyen la mayoría del personal sanitario, la pandemia también ha contribuido a aumentar la violencia doméstica. El informe Alerta de Género sobre la COVID-19 en el Líbano (Gender Alert on Covid-19 Lebanon, en inglés), elaborado por ONU Mujeres en colaboración con la Comisión Nacional de Mujeres Libanesas, la OMS y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), contribuyó a informar la campaña en los medios sociales que emprendieron ONU Mujeres y el PNUD.
El objetivo de #TogetherAndEqual (Unidos e iguales, en español) es influir en los autores de la violencia contra las mujeres y desafiar a los hombres a que hagan su parte en el trabajo doméstico y el cuidado de los niños y niñas en pro de aliviar la carga de las madres trabajadoras. En dos semanas, la campaña llegó a unas 210.000 personas y contó con la participación de más de 15 presentadores de televisión, actores, blogueros y embajadores que actuaron como influenciadores masculinos.
Escuelas cerradas, y el aprendizaje en línea se pone en marcha
Los estudiantes fueron otra de las principales prioridades. Con las escuelas fuertemente afectadas por la crisis, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), UNICEF y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) intensificaron sus esfuerzos con el Gobierno para garantizar el acceso continuo de los estudiantes a una educación de calidad e inclusiva. “A pesar de la crisis, el aprendizaje nunca debe detenerse”, dijo el Director Regional de Educación de la UNESCO para los Estados Árabes, el Dr. Hamed al Hamami. Las iniciativas fueron concebidas para ayudar a los estudiantes a seguir aprendiendo y, al mismo tiempo, “construir un sistema educativo más resiliente para el futuro”, dijo.
Aumentar el apoyo a los refugiados
La situación de los refugiados en el Líbano es precaria desde hace tiempo. Los refugiados palestinos y sirios, ya varados fuera de sus países, no pueden mantener la distancia física al estar apiñados en asentamientos informales y campos de refugiados, y muchos sienten que sus vidas se han vuelto a trastocar.
Para ayudarles a protegerse, las oficinas de la ONU distribuyeron información a todos los refugiados registrados en el Líbano. También ampliaron la asistencia en efectivo de emergencia a 11.500 familias de refugiados, además de las 34.500 familias que ya recibían la asistencia mensual en efectivo de las Naciones Unidas, para ayudarles a cubrir sus necesidades esenciales durante este periodo de dificultades.
Para evitar que esta enfermedad se afiance en los asentamientos de refugiados, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East, UNRWA, en inglés) y sus asociados de la sociedad civil trabajaron con el Gobierno para crear tiendas de aislamiento temporales y dotarlas de personal y equipos de protección. También ampliaron los hospitales públicos, añadiendo camas y capacidad de la unidad de cuidados intensivos para acoger a más pacientes de la población refugiada.
Luchar en todos los frentes
A pesar de las restricciones impuestas por la pandemia en lo relativo a las actividades de las fuerzas de mantenimiento de la paz, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) ha seguido cumpliendo su mandato de mantener la paz en la frontera meridional del Líbano y, al mismo tiempo, ayudar a sus anfitriones libaneses a luchar contra la COVID-19.
Incansable labor
Además de responder rápidamente a las personas en situaciones de riesgo agudo, las Naciones Unidas lanzaron a principios de mayo el Llamamiento de Emergencia para el Líbano. Se solicitó 350 millones de dólares para responder al impacto socioeconómico inmediato de la COVID-19. El llamamiento se basa en el principio de una respuesta sanitaria única para todos los residentes en el Líbano, sin distinción de género, nacionalidad o estatus, y bajo el liderazgo del Gobierno del Líbano.
“Es crucial conseguir los fondos solicitados para que los más necesitados puedan recibir asistencia humanitaria urgente”, dijo Claudio Cordone.
En estrecha colaboración con las instancias gubernamentales del Líbano, tanto a nivel nacional como local, las Naciones Unidas han emprendido una labor que está resultando crucial para luchar contra el virus y garantizar que, a pesar de estos tiempos difíciles, nadie sea dejado atrás. El Líbano sabe mejor que la mayoría de las naciones lo importante que es la solidaridad en cualquier esfuerzo serio. Su pueblo y su Gobierno están decididos a que el progreso hacia la unidad nacional que tanto les ha costado conseguir no se desvanezca bajo la presión de la COVID-19.
Publicado originalmente en la serie de historias de las Naciones Unidas desde el terreno: UN's Stories from the Field series (en inglés).