Las escuelas rehabilitadas reciben de nuevo a los estudiantes tras el terremoto
Los niños y niñas de cuatro escuelas que resultaron dañadas por el devastador terremoto que asoló a Haití en agosto, han de volver a los edificios recién renovados.
Unos cuantos ladrillos más, un poco de masilla y una capa de pintura. Renel Begrade, trabajando en el calor tropical de la tarde, está terminando apresuradamente la última pared de la escuela Notre Dame de Lamercie en la comuna de Fonds-des-Nègres en Nippes, una de las regiones más afectadas por el terremoto que devastó Haití en agosto.
Más de 2.200 personas murieron y, con 1.200 escuelas destruidas, miles de estudiantes no pudieron asistir a la escuela. Unos 345.000 niños y niñas que dependían del Programa Mundial de Alimentos (PMA), para contar diariamente con comidas escolares, también se enfrentaron a pasar hambre.
“Debemos ser rápidos, todo tiene que estar listo en unas semanas para el regreso de los primeros estudiantes”, dice el albañil, nacido en este poblado.
Los muros de esta escuela, que albergaba a más de 200 estudiantes, no resistieron los temblores del terremoto. “Ese día fue uno de los peores de mi vida... todo el mundo estaba llorando”, dice Renel Begrade, y añade: “Por supuesto, yo pensé que no podríamos volver a tener una escuela aquí en mucho tiempo”.
“Estamos reconstruyendo un edificio sólido. Y para mí, trabajar en esta obra significa que puedo ganar suficiente dinero para pagar la matrícula de mi hijo”.
Garantizar el regreso de miles de niños y niñas a las aulas es una prioridad para el gobierno haitiano. Al no acudir presencialmente a su centro educativo, muchos niños y niñas no pueden estudiar, ni reunirse con sus amigos en el patio y ya no tienen asegurada una comida caliente al día en los comedores escolares.
“Cuando nos enteramos de que íbamos a recibir ayuda para reconstruir la escuela, las sonrisas volvieron a los rostros de los alumnos, los profesores y toda la gente de la comunidad”, dice Etienne Molière, director de este centro educativo.
“Esto ayudará a curar algunas de las cicatrices del terremoto... Estamos deseando que se inaugure el nuevo edificio”.
Durante los últimos tres meses, el equipo de emergencia del Ministerio de Educación y la Dirección de Ingeniería Escolar, con el apoyo del PMA, han trabajado intensamente para rehabilitar en un tiempo récord las escuelas destruidas. Esto a pesar de las persistentes secuelas dejadas por el terremoto, la inseguridad derivada de la violencia de bandas y la crisis del combustible, que dificultan el acceso y el progreso de las obras.
Gracias a un sencillo diseño facilitado por el PMA, se ha levantado una estructura temporal que tiene el potencial de transformarse en una estructura permanente. El módulo incluye un aula, una cocina y un espacio de almacenamiento y puede ampliarse para incluir más aulas.
El gobierno haitiano ha movilizado a las autoridades locales y a las entidades que brindan apoyo en insumos relacionados a agua, saneamiento e higiene, y está colaborando con el sector privado, las organizaciones de la ONU, entre ellas UNICEF y UNOPS, y las ONG en cuestiones que cubren desde temas de acceso hasta la limpieza de los escombros.
“Teníamos que tener en cuenta el riesgo de catástrofes naturales en la región. Por eso, gracias al equipo de ingenieros, las escuelas recién reconstruidas son todas resistentes a los terremotos y a los ciclones”, afirma Tanguy Armand, responsable de infraestructuras del PMA en Haití. Él destaca el moderno diseño de los nuevos edificios: “El espacio es aireado, luminoso, e incluye acceso para personas con movilidad reducida. Ya estamos viendo un aumento de las nuevas inscripciones”.
Las cuatro primeras escuelas, que cuestan 80.000 dólares cada una, fueron financiadas por Suiza.
Para finales de 2022, el PMA, en colaboración con el Ministerio de Educación, espera reconstruir 190 escuelas en tres departamentos del país. Pero para ello es necesario recaudar más de 16 millones de dólares.
Mientras tanto, Renel Begrade está orgulloso de haber terminado la construcción de una de las primeras escuelas renovadas. Dentro de unos días, acompañará a su hijo en su experiencia de vuelta al cole, la cual quedará sin duda grabada en la memoria de ambos. “Realmente pensé que la puerta de la escuela se quedaría cerrada este año, pero con este proyecto, la vida vuelve a empezar”, él dice.
Para este nuevo año escolar, el WFP ha recibido el apoyo de Canadá, de Education Cannot Wait, de Francia y del Programa McGovern Dole del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) orientado a programas de alimentación escolar.
El artículo se publicó originalmente en francés en el sitio web de la ONU en Haití. Para saber más sobre el trabajo que se realiza en el país, visite Haiti.UN.org.