Por qué las mujeres están en el centro de la lucha contra la COVID-19 en Camerún

Es un día animado en una de las muchas zonas de mercado de Yaundé, la capital de Camerún.
Los vendedores ambulantes, en pequeñas mesas o carretas venden sus productos: plátanos, mangos, piñas, arroz, yuca, plátano, verduras verdes, entre otros. Entre los clientes hay mujeres con vestidos de colores que han venido a comprar alimentos básicos para poder preparar los platos favoritos de sus familias, como la menestra de verduras, o el guiso de panal con cacahuetes, espinacas y verduras amargas, bocadillos sutilmente dulces hechos con plátano y garbanzos, por ejemplo. Los amigos también se reúnen en el mercado para ponerse al día.
Esta escena, antaño considerada como inocente, resulta ahora tensa para muchos cameruneses. La amenaza de la COVID-19 ha cambiado la vida en el mercado, y en todo el país.
“Los mercados al aire libre son la encrucijada de la economía y la cultura camerunesas”, afirma Allegra Baiocchi, Coordinadora Residente de la ONU en Camerún. De hecho, el país es conocido como África en miniatura, gracias a su naturaleza y población diversas. Esa diversidad se refleja en los alimentos y la gente de los mercados. “La variedad y la vida que hay aquí—esas son parte de lo que hace que los mercados sean tan vibrantes. Pero también es lo que los hace tan vulnerables”.
Lugares como éste—donde la gente entra en estrecho contacto—son focos potenciales de propagación de enfermedades. El 6 de marzo, las autoridades anunciaron el primer caso de la COVID-19 en el país; desde entonces, se han infectado unas 6.700 personas en las diez regiones del país, y 200 han muerto.
La ONU Camerún ha colaborado estrechamente con el Gobierno para frenar la pandemia, centrándose en las mujeres. Han trabajado con todos, desde líderes religiosos de edad avanzada hasta jóvenes que viven con el VIH, pasando por vendedores de mercados al aire libre—algunas de las personas que tienen más probabilidades de contraer o transmitir el coronavirus, o de prevenirlo.
“La COVID-19 puede causar problemas respiratorios y, en el peor de los casos, provocar la muerte”, dice Bernadette, una de las vendedoras. Está compartiendo la información que aprendió en las sesiones educativas que ONU Mujeres impartió a 200 vendedores ambulantes de la capital junto con kits de higiene que incluyen jabón y mascarillas, así como paraguas para protegerse del sol abrasador. En estas sesiones, el médico jefe de ONU Camerún explicó el coronavirus y respondió a todas las preguntas sobre la pandemia.
“La COVID-19 es ahora parte de nuestra realidad”, dice Alex, un vendedor que lleva casi cuatro años vendiendo verduras en el mercado. “Intento evitarlo tomando medidas de protección. Llevo mi mascarilla, y cuando llego a casa, antes de saludar a mi mujer y mis dos hijos, me cambio de ropa y me ducho. La ONU nos ha ayudado a poner de nuestra parte para evitar que la pandemia se extienda”.
“Las mujeres y las niñas son las más expuestas a las consecuencias económicas”, dice la representante de ONU Mujeres para Camerún, Hind Jalal. “Las escuelas y los servicios de atención están cerrados, por lo que hay una mayor presión sobre las mujeres para que eduquen y cuiden a sus niños y niñas todo el día. El riesgo de violencia contra las mujeres aumenta, ya que las familias están muy juntas”.

Lucy es otra vendedora. Vende frutas y verduras para mantener a su familia desde que su marido perdió el trabajo. “Tengo dos hijos propios, pero desde la muerte de mis hermanas me toca mantener a sus niños y niñas”, dice. “Gracias a mi negocio, puedo poner comida en la mesa”.
En todo Camerún, mujeres como Lucy trabajan a diario en el sector informal. Las estadísticas del PNUD muestran que casi el 83% de los empleos en Camerún se encuentran en el sector informal, donde los trabajadores tienen poca o ninguna protección. Las mujeres representan el 80% de la mano de obra del sector agrícola—un trabajo a menudo duro, con largas jornadas y poca protección contra la pérdida del empleo o las lesiones.
En otras palabras, la inmensa mayoría de las personas que proporcionan alimentos al país son mujeres, y éstas son las que corren más riesgo de infectarse con el coronavirus y soportan la mayor carga económica. Como resultado, sus familias también sufren.
“Las mujeres desempeñan un papel vital en la economía de la familia y del país”, afirma Allegra Baiocchi, de la ONU. “También son fundamentales para concienciar sobre los riesgos y promover prácticas seguras en sus comunidades. Por eso, la ONU Camerún sitúa a las mujeres y la sensibilidad de género en el centro de nuestra respuesta a la COVID-19. Cuando se protege y apoya a las mujeres, todo el país se beneficia”.
Producido por ONU Camerún. Historia escrita en francés por Emanuel Foukou. Para saber más sobre los esfuerzos de respuesta en Camerún, visite el sitio web de ONU Camerún, disponible en francés.
















