En abril, el ciclón Seroja azotó Dili, la capital de Timor-Leste. Mató a 41 personas y desplazó a más de 4.000, arrasando propiedades y hogares.
Tras una calamidad semejante, cabría esperar que las organizaciones de ayuda tradicionales respondieran, y así lo hicieron.
Entre los demás socorristas de primera línea había miembros de la comunidad LGBTQI local y una organización llamada Arcoiris. Su objetivo: una cocina comunitaria para proporcionar comidas y agua potable a las familias que se quedaron atrás.
La noticia sobre dicha cocina se extendió rápidamente. Varias mujeres se ofrecieron a ayudar, utilizando las existencias de alimentos disponibles en el centro de Arcoiris hasta que llegaran más suministros.
Leyenda: Miembros de Arcoiris y Codiva se preparan para distribuir suministros esenciales a las familias afectadas por el ciclón.
“Una vez que la comida estuvo lista, más de 100 personas cubiertas de barro acudieron con recipientes para conseguir alimentos para sus familias”, recuerda Azu, miembro de Arcoiris, o “arco-íris” en portugués, una de las lenguas que se hablan en este país insular.
No ha sido fácil construir la cocina, recoger suministros, distribuir alimentos e incluso ayudar a reconstruir algunas de las casas. “Al no haber transporte público, [hemos] tenido que venir andando por la mañana temprano y volver a casa por la noche”, dice Azu. “[Estamos] un poco cansados ahora, y todavía hay muchas cosas en la lista de tareas pendientes”.
A pesar de la discriminación que afrontaron, las personas locales que se identifican como LGBTQI siguen mostrando compasión y construyendo un equipo más fuerte para servir a los necesitados.
“Nuestro apoyo siempre ha sido algo más que meramente proporcionar materiales y alimentos, también compartimos el amor”, dice Azu. “Escuchamos a las víctimas y siempre volvemos a ellas para asegurarnos de que están bien. Esto ha hecho que seamos más aceptados por la comunidad e incluso por mi familia”.
Como el resto de la comunidad ha visto el apoyo continuo de estos miembros LGBTQI, en los últimos días, Azu y sus compañeros han visto cambios positivos en sus actitudes hacia ellos. “Ahora, cuando pasamos y saludamos a los vecinos, ellos nos responden y nos sonríen, y algunos incluso nos saludan primero y nos llaman por nuestros nombres. Antes no esperábamos eso”, afirma Azu.
Arcoiris fue fundada para proporcionar un espacio seguro y servicios a la comunidad LGBTQI, que se enfrenta a una persistente discriminación en los trabajos y las escuelas y al rechazo en casa.
Tras el paso del ciclón, los miembros de Arcoiris se dieron cuenta de que se necesitaba comida y material para dormir. Fue entonces cuando pusieron en marcha la cocina comunitaria. Ahora la cocina está cerrada, pero el trabajo continúa.
Leyenda: Miembros de Arcoiris cargan suministros esenciales para entregarlos a las familias necesitadas.
“Seguimos distribuyendo materias primas para construir casas, compartiendo alimentos y visitando a personas vulnerables abandonadas por sus familias”, señaló Lula, otro miembro de Arcoiris.
“No hay que quedarse callado cuando se ve a la gente necesitada. Una vez que empiezas a hablar, a escuchar y a [tomar] acción, eso se vuelve poderoso”.
Ameta, de 24 años, cuya casa quedó destruida por la inundación, expresó su sincero agradecimiento por el apoyo prestado a sus tres hermanos y a su madre. “Ahora puedo volver a la vida y disfrutar de la casa reparada gracias al apoyo de Arcoiris. Veo que la percepción de las familias y del barrio hacia los miembros de LGBTQI que vinieron a ayudarme es ahora un poco diferente. Estoy seguro de que tarde o temprano no habrá el juicio negativo de antes porque su acción solidaria se ve y cuenta”.
Durante la última década, ONU Mujeres ha apoyado a las comunidades LGBTQI en Timor-Leste. Actualmente, como parte del programa de la UE y de la Iniciativa Spotlight de la ONU, ONU Mujeres trabaja junto a Arcoiris y GODIVA como asociados para proporcionar una asistencia más accesible a los supervivientes de la violencia de género, teniendo en cuenta la orientación sexual y la identidad de género de los supervivientes.
“Espero que la comunidad LGBTQI no quede fuera de la lista de beneficiarios de la próxima respuesta del gobierno a las inundaciones y los esfuerzos de recuperación. Creemos que esto sigue ocurriendo porque mucha gente todavía no entiende ni acepta nuestra existencia”, dice Azu. “Nuestros corazones son grandes, y nos alegra que se vea nuestro sentido de la solidaridad cuando ayudamos a la comunidad”.
Producido por la ONU en Timor-Leste. Esta es una versión editada del artículo publicado originalmente en el sitio web de Timor-Leste, escrito por Sylvio Bernardo, de ONU Mujeres. Esta versión adaptada fue editada por Celine Adotevi y Paul VanDeCarr, Oficina de Coordinación del Desarrollo. Para más información sobre el trabajo que se realiza en el país, visite: https://timorleste.un.org/. Para saber más sobre los resultados de nuestro trabajo en este ámbito y en otros, visite el informe de la presidenta del GNUDS sobre la Oficina de Coordinación del Desarrollo.
Entidades de la ONU involucradas en esta iniciativa